Actuar es urgente

Marcelo Sánchez

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Tenía que pagar la multa. No había ninguna otra posibilidad. Sus papeles todos en custodia, sus sueños en el basurero. Le habían dicho que acá tendría un futuro como modelo, pero la realidad fue dramáticamente distinta. Venía de Venezuela, con apenas 15 años atravesó la frontera en la oscuridad más absoluta y con un frío que nunca imaginó. "Puente Ayala", de allí venía la mano que la trajo con falsas promesas.

A fines de agosto la plataforma "Actuar es Urgente", iniciativa de un conjunto de fundaciones en contra de la explotación comercial infantil, advertía en su segundo boletín el incremento sostenido de este delito entre 2021 y 2022, donde se duplicaron las denuncias por explotación sexual comercial infantil, pasando de 331 en 2021 a 704 en 2022. Asimismo, se evidenció que 7 de cada 10 investigaciones terminan en archivo provisional. De un total de 1.215 investigaciones y procedimientos judiciales terminados, sólo 9,5% recibió una sentencia definitiva condenatoria, es decir, menos de 1 de cada 10 procedimientos judiciales y/o investigativos terminan en una condena para el imputado.

Las cifras oficiales, que corresponden a una estimación del año 2004, hablan de cerca de 4 mil víctimas, quienes principalmente son de sexo femenino (78%), encontrándose la mayoría entre los 15 y 17 años, aunque el promedio de edad de inicio de la explotación sucede entre los 12 y 13 años. Sin embargo, tanto el aumento explosivo de las denuncias, como la presencia de factores de riesgo asociados al impacto de la migración irregular, entre otros factores, permiten pensar que la magnitud está claramente subestimada.

No obstante lo anterior, la oferta disponible para apoyar la rehabilitación especializada no ha variado en casi 20 años y adicionalmente carece de la integralidad que requiere el tratamiento de trauma complejo, el que debe abordar consecuencias graves en el desarrollo físico, psicológico y social de las víctimas con secuelas que permanecen largo tiempo.

Hoy, adicionalmente, se puede observar el surgimiento de organizaciones criminales especializadas en este tipo de delitos, de línea extorsiva, que operan de la mano del narcotráfico, utilizan sus redes, complementan su logística y son tanto proveedores como consumidores de sus servicios. Esta peligrosa simbiosis, que permite sostener recursos que dan liquidez a las operaciones criminales, apalanca otro tipo de acciones como ganar dominio territorial y vincularse a organizaciones internacionales por donde se desarrolla una matriz de productos criminales que aumentan la densidad delictiva de nuestro país.

Es necesario desarticular cada uno de estos espacios, derribar aquellos muros estructurales que hoy día facilitan el desarrollo del crimen organizado, tenemos que ser capaces de enfrentar la realidad que afecta a miles de niñas de nuestro país, porque a partir de ello no sólo vamos a resguardar el derecho que tienen a vivir y desarrollarse plenamente, sino que también vamos a contribuir a cerrar los espacios a estas organizaciones que hoy peligrosamente quieren arrebatar a la tranquilidad de nuestra sociedad.