La novena Cumbre de las Américas, realizada en Los Angeles, California, no logró que Estados Unidos reforzara sus lazos con América Latina y la cita hemisférica puso en evidencia las diferencias que dividen a los países americanos.
Los desacuerdos se inician con la cuestionada decisión del país anfitrión de excluir a los "países no democráticos de la región", que gatilló la ausencia de nueve estados, incluyendo a México y su peso regional. A futuro debería primar el principio de la unidad hemisférica e incluir a los 33 estados de la región, sin exclusiones.
Ello permitiría interpelar a los regímenes que vulneran la Carta Democrática Interamericana y los Derechos Humanos de sus pueblos y demandar la libertad de sus presos políticos.
Uno de los mayores logros de la cita fue el acuerdo migratorio adoptado por 29 países de la región, entre ellos Chile, con la "Declaración sobre Migración y Protección", bajo el principio de responder colectivamente a esta crisis , que viene acompañada de una serie de compromisos para la regularización de migrantes, ampliación de visas y de asilo a refugiados.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, lanzó una iniciativa para impulsar el crecimiento económico de la región y remarcó el "sello" democrático de las Américas, demandando la cooperación hemisférica para la promoción y defensa de la democracia.
Chile hizo un positivo aporte en la cumbre. El Presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia en la que nueve países con costas en el Pacífico firmaron un compromiso para la protección de los océanos, para enfrentar unidos "el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el deterioro de los océanos".
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