El pueblo palestino sufre un genocidio en Gaza, con casi 38.000 personas asesinadas sin compasión, la mayoría niños y mujeres, cifra que puede aumentar con las más de 10.000 personas desaparecidas aún bajo los escombros; pero también sufre crímenes de guerra en Cisjordania, con más de 550 asesinados y una política permanente de usurpación de tierras palestinas, ejerciendo el "colonialismo de colonos".
El gobierno extremista israelí instala sus comunidades sacando a la fuerza a los palestinos. Esta práctica sistemática es el pilar de la expansión territorial de Israel, reduciendo territorios palestinos y controlando recursos naturales, fronteras, caminos, economía y todos los aspectos de la nación Palestina desde 1967.
Desde inicios de 2023, el gobierno de ocupación israelí incrementó la construcción de asentamientos alcanzando el récord desde que comenzaron bajo el gobierno de Netanyahu en 1996. Sólo en lo que va 2024 se han aprobado más de 4.400 unidades de asentamientos en Cisjordania, incluida Jerusalén Este.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados del Estado de Palestina declaró su "extrema preocupación por la continua perpetración por parte del gobierno israelí del crimen de expansión de los asentamientos y profundización del apartheid, con el objetivo de cerrar la puerta a cualquier oportunidad de materializar un Estado palestino, considerándolo total y directamente responsable de sus consecuencias y sus peligrosas repercusiones en el escenario del conflicto y en toda la región".
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas estima en 800 mil los colonos israelíes viviendo en Cisjordania, incluida Jerusalén Este. La mayoría de los colonos provienen del extranjero, atraídos por el apoyo gubernamental, exenciones de impuestos, y además de infraestructuras y servicios de punta exclusivamente para ellos.
En cambio, los palestinos que han vivido por generaciones en Palestina no pueden usar las mismas carreteras ni tienen el mismo derecho a tránsito que los colonos que vienen llegando desde sus países de origen. Tampoco pueden acceder a los mismos servicios de agua, electricidad, combustible y saneamiento, lo que constituye numerosas violaciones de los derechos humanos contra los palestinos, incluido su derecho a la libre determinación, su derecho a la igualdad y su derecho a la no discriminación además de ser una fuente permanente de agresiones.
Cada día, OCHA registra en promedio 4 ataques diarios de colonos a palestinos, totalizando 1.018 desde el 7 octubre de 2023; durante los cuales los colonos -protegidos por el ejército de ocupación- asesinaron e hirieron a decenas de palestinos, además de destruir viviendas, automóviles, negocios y varias hectáreas de cultivos, en especial de olivos.
Más aún, desde 2002 se levanta el muro de separación a través de 85% del territorio de Cisjordania, que recorre 770 kilómetros dividiendo arbitrariamente y a su conveniencia para ocupar más tierras, impidiendo el tránsito de los palestinos desde sus hogares a sus cultivos, escuelas y trabajos. En algunas zonas, puede alcanzar los 9 metros de altura.
El pueblo palestino lleva 76 años resistiendo una ocupación y colonización, pero nunca con la intensidad que se vive durante los últimos meses que alcanza límites inimaginables de destrucción y desplazamientos.
Exigimos un alto al fuego y el fin de la ocupación que cada día se adueña más y más de los territorios palestinos, eliminando cualquier posibilidad de una solución pacífica de los dos Estados de acuerdo a las resoluciones de las Naciones Unidas.
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