Para un mundo multipolar: BRICS, Organización de Cooperación de Shanghái y muchos más

Con el término de la llamada "Guerra Fría", a comienzos de los años '90 del siglo XX, se comenzó a extinguir la denominación y la realidad de un existente, hasta entonces, llamado "mundo bipolar". Unas nuevas configuraciones en la correlación de fuerzas en la arena internacional fueron desplegándose, tanto desde la academia analítica, especializada en relaciones internacionales, como desde la gobernanza política real de los Estados Naciones.

Muchos recordarán aquel llamado "Consenso de Washington"; ese "fin de la historia" de Francis Fukiyama; la expandida e insensible "globalización", y, un subsecuente pretendido "mundo unipolar", por cierto, con hegemónica primacía del capitalismo a nivel planetario, e imposiciones, intervenciones, mandos y "reglas" desde el norte y el occidente globales, los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, junto a unos pocos aliados regionales.

Treinta y cinco años después, y avanzado un cuarto del nuevo siglo XXI, todo aquello es y ya parece algo pasado y, quizás, superado irreversiblemente, aun ante las imprevisibilidades de la historia. La edificación de un nuevo escenario global pareciera seguir un avance firme, paso a paso. Se trata del mundo multipolar, cuyos cimientos y materiales de su construcción provienen desde el sur global, con liderazgo de potencias, asociadas estratégica e integralmente, en casos claros y relevantes encabezados por la Federación de Rusia, la República Popular China e India, junto con socios euroasiáticos, asiáticos, africanos, latinoamericanos y caribeños.

Por cierto, el Occidente colectivo rechaza y reniega de esta emergente nueva realidad. No acepta que su "propio mundo", basado en normas y reglas -nunca definidas ni precisada - ya se desmorona y es cuestionado crecientemente, en las más diversas instancias, ya sean internacionales, regionales y/o subregionales. Y bueno, "sus" normas y reglas se alejan del Derecho Internacional, el Derecho Internacional Humanitario -irrespetándolos y violándolos constantemente- y no se guían por propósitos y principios de la Carta de la Organización de Naciones Unidas. Y desprecian y socavan el multilateralismo, vital para la paz y la seguridad.

Pero, en lo conceptual, la acepción mundo multipolar sigue consolidándose en su uso. Así, en la IV Cumbre CELAC-Unión Europea, en Santa Marta, Colombia, fue el presidente del Consejo Europeo, António Costa, quien usó la expresión (sorprendiendo, y no solo a los suyos). Declamó: "Este es el mensaje más importante que podemos enviar al mundo: en un mundo multipolar, la cooperación birregional y el diálogo multilateral son más importantes que nunca para garantizar que, juntos, podamos construir un futuro compartido para todos". Y reafirmaría: "En nuestro mundo multipolar, la cooperación...".

Si se constata y destaca que, en Declaración Conjunta de la IV Cumbre, del 9 de noviembre de 2025, de 16 páginas, en sus 52 párrafos no se usó la expresión mundo multipolar. Más aún, Costa, en conferencia de prensa al inicio de Cumbre del G20 en Johannesburgo, en noviembre 2025, dijo: "África es un socio estratégico en nuestro mundo multipolar".

Ahora bien, sin duda grandes contribuyentes a la reconfiguración del mundo actual son los nuevos agrupamientos y organizaciones internacionales que, se han ido constituyendo en este siglo XXI. Dos son los casos más relevantes, para la temática central de estas notas. Por una parte se trata de los países BRICS -sus actuales Estados miembros y sus países socios-, y por otra la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) -sus Estados miembros y sus países observadores-. Y es conocido que, algunos de estos Estados y países participan y pertenecen a ambas instancias, lo cual fortalece sus membresías y sus voluntades políticas.

BRICS tiene un alcance geográfico mucho más vasto que la OCS, pero ambas instancias internacionales, de distinto carácter, aspiran a ser, y pueden serlo, muy colaborativas entre sí, así como con otras emergentes, cual es la Unión Económica Euroasiática (UEEA), que fue creada por un tratado ad hoc del 29 de mayo de 2014, como una entidad de integración económica regional, y sus cinco miembros son Federación de Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán, dándose comienzo a su mercado común el 1 de enero de 2015.

Actualmente, después de la XVII Cumbre de Río de Janeiro, de 6 y 7 de julio de 2025, los 10 países BRICS son, junto a los cinco más antiguos -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, los nuevos Estados miembros de Egipto, Etiopía, República Islámica de Irán y Emiratos Árabes Unidos, sumándose la República de Indonesia. Asimismo, en categoría de países socios se formalizó a 10: Bielorrusia, Estado Plurinacional de Bolivia, Kazajistán, República de Cuba, Nigeria, Malasia, Reino de Tailandia, República Socialista de Vietnam, Uganda y Uzbekistán. La XVII Cumbre tuvo temática muy explícita: "Fortaleciendo la Cooperación del Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible". La presidencia pro témpore en 2026 estará a cargo de India, correspondiéndole organizar la XVIII reunión.

La Declaración de Río de Janeiro, en su punto 8, precisó: "Acordamos que, ante las realidades contemporáneas de un mundo multipolar, es fundamental que los países en desarrollo fortalezcan sus esfuerzos para promover diálogo y consultas con miras a una gobernanza global más justa y equitativa y relaciones mutuamente beneficiosas entre las naciones (...) BRICS continúan desempeñando un papel central en la expresión de las preocupaciones y prioridades del Sur Global, así como en la promoción de un orden internacional más justo, sostenible, inclusivo, representativo y estable, basado en el Derecho Internacional".

Es conocido. El conjunto de los países BRICS representaban ya a fines de 2024 más del 45% de la población mundial; aproximadamente el 37% del PIB global, ante el 29% del G7; 43% como cuota en la producción mundial de petróleo; más de 46 millones de kms2 son sus territorios; y en el comercio mundial pueden seguir creciendo desde actual 25%, pues la proyección de cuota en la economía mundial, según el FMI, era del 42,3%, entre otros indicadores clave.

Y en el punto 46 se destaca, acertada y adecuadamente que: "A medida que el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) se prepara para embarcarse en su segunda década de oro de desarrollo de alta calidad, reconocemos y apoyamos su creciente papel como un agente robusto y estratégico de desarrollo y modernización del Sur Global". Es una gran fortaleza el NBD, para la autonomía e independencia financiera de los países BRICS, en edificación de multifacéticas esferas cardinales, para la soberanía, en un mundo multipolar.

Ahora, veamos la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS): realizó su 25ª Cumbre en la ciudad de Tianjin, China, entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre de 2025. Asistieron altas autoridades de más de 20 países y organizaciones internacionales, entre ellos el secretario general de las Naciones Unidas y el secretario general de la Asean.

Menos se conoce en Chile de esta organización. Y, por eso, detallo lo que sigue: se estableció el 15 de junio de 2001, sus miembros fundadores fueron China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. En 2017, se unieron India y Pakistán. En 2023, lo hizo Irán, y en 2024 se sumó Bielorrusia, llegando así a 10 Estados miembros. Dos Estados son observadores: Afganistán y Mongolia. El status de socios de diálogo lo tienen 15 países: Azerbaiyán, Armenia, Camboya, Nepal, Turquía, Sri Lanka, Arabia Saudita, Egipto, Catar, Bahréin, Maldivas, Myanmar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Laos. El órgano supremo de toma de decisiones de la OCS es el Consejo de Jefes de Estado (CJE), que se reúne una vez al año, en sede del país con la presidencia rotatoria. Su secretaría, con sede en Beijing, es un órgano permanente. Los idiomas oficiales y de trabajo son el chino y el ruso, y Kirguistán ejercerá la próxima presidencia.

La Declaración de Tianjin del Consejo de Jefes de Estado es un extenso documento, muy omnicomprensivo temáticamente, y que precisa que "la situación política y económica mundial y otros campos de las relaciones internacionales están experimentando profundos cambios históricos. El sistema internacional evoluciona hacia una multipolaridad más justa, igualitaria y representativa, lo que abre nuevas perspectivas para el desarrollo propio de los países y la cooperación mutuamente beneficiosa". Y agrega que: "Al mismo tiempo, la confrontación geopolítica se intensifica, lo que constituye una amenaza y un desafío para la seguridad y estabilidad del mundo y de la región de la OCS. La economía global, en particular el comercio internacional y los mercados financieros, sufren graves impactos".

Paralelamente, el anfitrión presidente Xi Jinping y la República Popular China como "miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y el mayor país en desarrollo", propuso "la Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG), considerándola como la directriz fundamental para salvaguardar los propósitos y principios de la Carta de la ONU y practicar el concepto de la gobernanza global de consultas extensivas, contribución conjunta y beneficios compartidos, para promover la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y razonable y trabajar juntos por la comunidad de futuro compartido de la humanidad".

Sus cinco ideas centrales son que: "La gobernanza global debe estar anclada en la igualdad soberana"; "en el estado de derecho internacional"; "en el multilateralismo"; "en un enfoque centrado en el pueblo", y, "en resultados reales".

Junto a los BRICS, la OCS y muchos más, ahora sí se va construyendo, inexorablemente, un mundo multipolar. Nuestra región -América Latina y el Caribe, proclamada como "Zona de Paz" en enero de 2014- podrá ser y ya está entre sus aportes entusiastas y contribuyentes, sumándose así la diplomacia pública de sus propios pueblos.

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