Cuando escribí las columnas de balance y proyección para Europa a fines de 2015 y 2016 mi percepción fue en aquellos años Europa, y la Unión Europea en particular, vivía momentos complicados y se anunciaban turbulencias políticas que irían marcando su futuro mediato e inmediato.
Un año particularmente importante fue el 2017. Varias elecciones en países europeos, la negociación del Brexit, la recuperación económica, las consecuencias de la gestión de la crisis de los migrantes, el temor al ascenso de la ultraderecha y varios otros temas marcaron la agenda 2017. ¿Qué pasó? Muchas cosas interesantes.
El panorama político europeo comenzó a aclararse con las elecciones en marzo en Países Bajos. Un primer respiro de alivio se sintió cuando, contrariando las encuestas, el Partido de Geert Wilders (ultranacionalista xenófobo y euroescéptico) no obtuvo el resultado esperado. Sin embargo, un 13,1% en un país fundador de la UE no es para dejar tranquilo a eurófilos.
Theresa May, en una jugada que no resultó nada bien, adelantó las elecciones generales y en junio vio cómo perdía su mayoría y se veía obligada a pactar con DUI de Irlanda del Norte, lo que le ha traído muchas críticas.
El Laborismo de la mano de Jeremy Corbyn resurgió cual ave Fénix y aumentó sus escaños en la Cámara de los Comunes. Con problemas a nivel interno y en su partido, May ha tenido que hacer frente a una muy complicada negociación con sus socios europeos por el Brexit.
Cediendo a gran parte de las líneas rojas estabecidas por los 27, May debe maniobrar en un contexto delicado en que los números en el desempeño económico no la ayudan en nada, saliendo el Reino Unido del exclusivo grupo de las 5 economías más potentes del mundo y perdiendo también el nombramiento de uno de sus nacionales en la Corte Internacional de Justicia (lo que rompe una tradición en el tribunal de la ONU).
Quien ha dado la sorpresa y se está proyectando a nivel europeo e internacional es el gran triunfador de las elecciones francesas: Emmanuel Macron. No solo ganó ampliamente el sillón en el Palacio del Eliseo, sino que su movimiento En Marcha (que se transformó en República en marcha), arrasó en la Asamblea Nacional francesa, pulverizando al Partido Socialista, debilitando a la derecha de Republicanos y dejando casi invisible en estos meses a Marine Le Pen. No obstante, ojo al 33,9% del Frente Nacional de Le Pen.
Es el mejor resultado que este partido ultranacionalista e islamófobo ha obtenido desde su creación. Macron, quien ganó arropado por las banderas y el himno de la UE sin complejos, aun debe convencer a sus nacionales de su liderazgo e ideas. Proyectado en el plano europeo, Francia tiene al que ha sido considerado “el más europeo” de sus presidentes. Pero Macron sabe que necesita para llevar sus ideas de “refundación” de la UE una Alemania estable, fuerte y con poder decisión. ¿Tiene este socio hoy?
En septiembre los alemanes concurrieron a las urnas para elegir a los miembros del Bundestag e, indirectamente, a su Canciller y gobierno. Pese a que el partido CDU/CSU de Angela Merkel fue el más votado, ganó con su peor resultado. Su socio en la “gran coalición”, la Socialdemocracia (SPD), también obtuvo el peor score de su historia.
Ante la negativa de este último para reeditar la gran coalición por una tercera vez, Merkel intentó negociar con los Verdes y los Liberales (la conocida coalición “Jamaica”), sin embargo estas negociaciones fracasaron el 19 de noviembre y la presión se ejerció en el SPD para abrirse a la posibilidad de volver a gobernar con sus adversarios conservadores.
Caracterizados por la estabilidad, la moderación y el centro, Alemania está viviendo la situación inédita de llevar más de 90 días sin gobierno en funciones, con el fantasma de nuevas elecciones que podrían no desbloquear la actual situación y el aumento del partido de ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD). Este partido logró entrar al Bundestag, lo que ha significado un dolor de cabeza desde el primer día.
Bloqueada, Merkel no puede asumir liderazgo alguno y Macron y la UE deberán esperar el acuerdo tan ansiado.
Otra elección que vino a intensificar las turbulencias anunciadas fueron las austríacas. La Gran coalición entre el partido de Sebastien Kurz, Democracia Cristiana austríaca, y los socialdemócratas, se rompió.
Tras los resultados, el joven ex Ministro de RREE (asumió el cargo con 26 años), decidió formar gobierno con el partido FPÖ, ultranacionalista y de origen neonazi, lo que ha sido un golpe en Europa.
Aun cuando el impacto no ha sido igual que en 2000 cuando este partido - de la mano de su carismático líder Jorg Heider - fue parte del gobierno siendo sancionado por sus socios europeos, se siente igualmente el estupor de sus socios.
Se suma a las preocupaciones que se viven con otros países de Europa central: inicio inédito de procedimiento de la UE contra Polonia por grave riesgo de quebrar el estado de Derecho, tensiones con la Hungría de Viktor Orban y con República Checa y Eslovaquia. “El grupo de Visegrado” ha mostrado su fuerza en el “gallito” con las instituciones europeas, al que la Austria de Kurz se sumaría en varios temas como el rechazo a la distribución de cuotas de refugiados.
Otras elecciones se efectuaron sin grandes cambios como las de Malta pero otros eventos han afectado a la UE.
Importante es mencionar la crisis catalana que, tras referéndum ilegal y elecciones anticipadas, las piezas poco se movieron en lo macro dando cuenta de una sociedad catalana polarizada, fuertemente dividida y en que los partidos independistas mantuvieron su 47,5% de apoyo que se viene repitiendo desde hace años.
Situación interna bloqueada que, lo quieran o no, es un problema europeo, las instituciones y los países socios de España observan con inquietud por su devenir.
El año 2018 se anuncia importante para el futuro de Europa. En cuanto a elecciones, anotar para marzo: elecciones en Italia y Rusia. Por distintas razones, el resultado en éstas influirán en la UE.
También Hungría, República Checa, Finlandia, Chipre, Eslovenia, Suecia, Letonia, Luxemburgo e Irlanda tendrán su cita en las urnas.
En un contexto de recuperación económica, cambios en el sistema internacional y desafíos y amenazas aun presentes, seguiremos con atención lo que depara Europa. Feliz 2018.
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