Sí, la Operación Huracán da motivos para que llegue la hora de la verdad, de esa verdad que estamos ocultando, disimulando y muchas veces metiendo bajo la alfombra fundamentalmente porque aún tenemos miedo. Miedo de la fuerza y de los métodos de las FF. AA y del Orden y de su pasado reciente.
No recuerdo bien la fecha, pero a finales de la década de los 90 participé en un seminario que se realizó en la U. Católica, sobre fuerzas policiales. Había representantes de policías de diversas partes del mundo y lógicamente estaban los representantes de Carabineros. Desde generales hasta coroneles, mayores y me parece que capitanes.
En esa oportunidad planteé que Carabineros era una Policía Militar, que por eso eran más militares que policías e hice comparaciones con otras policías del mundo.
Eso abrió un debate del que participó más de uno de los generales presentes, en el cual querían dejar establecido que eran policías, justificando su militarización sólo desde lo disciplinario. Pero recordemos que en la Parada Militar, el representante de Carabineros compite a ver quien da más alto el paso de ganso.
Fue largo el debate y los participantes de menor grado a general no participaron, salvo alguno que otro que apoyó lo expresado por sus superiores. Entre bambalinas, en la misma sala de reuniones, alguno de los coroneles o mayores quiso que le explicara cuál era la diferencia entre policía militar y ser simplemente policía y si carabinero podría ser policía. Pero eso sólo como consulta personal, no pública. Es posible que haya gente dispuesta a cambiar las cosas.
Años más tarde, el General Director José Alejandro Bernales Ramírez, que falleciera en una accidente aéreo, frente al asesinato de algunos miembros de la fuerza, advertía a los supuestos asesinos «no se duerman, que los vamos a encontrar; no se duerman, que los vamos a detener» y «matar a un carabinero es matar al Derecho y matar al país» para también reprender al Poder Judicial diciéndoles, “necesitamos que los jueces se pongan una mano en el corazón y los que se sientan tocados, así lo hagan. Que hagan justicia. Eso es lo que queremos, eso es lo que pide el país. En estos momentos somos víctimas y eso es lo que pido como víctima. Estas personas tienen prontuario policial. Deberían estar entre rejas, muy entre rejas y están libres.”
Debo recordar que también destituyó a los jefes por el escandaloso proceder de las Fuerzas Especiales contra los estudiantes secundarios en 1996. Esto porque fue la represión tan desmedida que no quedaba otro camino. El General Bernales fue también jefe de la Región de la Araucanía y Director de Inteligencia de la fuerza policíaco-militar.
Esto lo recuerdo sólo para decir porqué ha llegado la hora de la verdad. No es necesario que ahora les recuerde pormenores de la “Operación Huracán” que ya conocen, lo importante es aclarar que el término puntual no está focalizado en una investigación, como sostiene el General Director, sino en una metodología operacional que viene desde la dictadura, cuando podían hacer lo mismo que ahora, pero los “fiscales” eran parte del “aparato” represivo como ellos, entonces no había problemas.
El director nacional de Inteligencia, Drogas e Investigación Delictual, General Gonzalo Blu, que no fue removido por el General Director, ha afirmado que “el Ministerio Público no hace más que amparar a aquellas personas que se han dedicado a causar miedo”, algo parecido a lo que les decía a los jueces el General Bernal.
¿Qué tenemos que decir los chilenos?
Señores de las Fuerzas Armadas y Carabineros ha llegado la hora de la verdad.
Con esta demostración de cómo han “fabricado pruebas o han depositado evidencias” para culpar a quienes lucharon por la libertad y la paz en Chile, los Comandantes en Jefe de esas fuerzas deben pedir perdón al país y a la comunidad nacional e internacional por los crímenes que cometieron sus instituciones. Es la única forma que tienen de lograr recuperar algún respeto de sus compatriotas.
El Gobierno, éste y el que viene, tiene también su verdad y es que los eligieron para hacer realidad el Estado de Derecho y la vida democrática.
Para que esto suceda no puede estar presentando apelaciones o recursos de queja en contra de la verdad, no puede tratar de sacar de la Araucanía el tema judicial y debe querellarse a los responsables comenzando por su más alto representante.
La hora de la verdad nos dice que las FF. AA y del Orden deben reconocer sus crímenes e incorporarse a la vida civil del país en un Estado de Derecho que también es válido para ellos.
La hora de la verdad nos dice que los chilenos necesitan decir “basta” y organizarse para lograr la paz.
Concuerdo con Héctor Llaitul, la “Operación Huracán” es solo la punta del iceberg, lleguemos hasta el fondo.
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