Durante 2024, Chile ha sido azotado por olas de frío y de calor, alcanzando temperaturas fuera de lo habitual, además de lluvias torrenciales y sequías intensas. Este fenómeno no solo afecta a los seres humanos que sufren las consecuencias de climas extremos, sino que también plantea serios desafíos para nuestras mascotas. Por lo mismo, es fundamental reflexionar sobre su impacto en el bienestar de los animales domésticos.
Calor y frío extremo
En cuanto a las altas temperaturas, el golpe de calor será una preocupación constante, especialmente para aquellas razas de perros y gatos que tienen más dificultad para oxigenarse y regular su temperatura, como Bulldogs y Persas. A ellos se suman los perros de raza grande y mascotas con enfermedades de base. De ahí la importancia de brindarles agua fresca y sombra, limitando su actividad física durante las horas más calurosas.
Por otra parte, las condiciones climáticas extremas de olas de frío propician un entorno donde las enfermedades respiratorias ganan terreno. En Chile, enfermedades como la "tos de las perreras" se vuelven más prevalentes en épocas de estrés ambiental. Cabe considerar que esta patología es altamente contagiosa y puede afectar a perros de todas las edades, por ende, se vuelve urgente vacunar a la población de riesgo y mantener sus chequeos veterinarios al día.
Alergias y proliferación de parásitos
Caso similar ocurre con las alergias estacionales, que pueden manifestarse en forma de picazón, dificultades respiratorias y problemas en la piel, las cuales tienden a incrementar durante climas más cálidos y secos.
El cambio climático también está propiciando la proliferación de parásitos como pulgas y garrapatas, que se adaptan a nuevas condiciones y se observan en lugares donde antes no existían. Debido a lo anterior, es relevante destacar la importancia de mantener a nuestras mascotas desparasitadas, no solo para su bienestar, sino que también por la salud de toda la familia.
Bienestar emocional y tenencia responsable
El impacto del cambio climático no se limita a la salud física; también afecta el bienestar emocional de nuestros animales. Las temperaturas extremas y la inestabilidad climática pueden generar ansiedad y estrés en perros y gatos, manifestándose en comportamientos destructivos o en una mayor irritabilidad. Es recomendable, dadas las circunstancias, generar una zona segura en el hogar y desarrollar actividades enriquecedoras para nuestras mascotas que inviten a realizar las conductas propias de su especie, sobre todo si viven dentro de las casas.
En este sentido, la conciencia colectiva y la educación sobre la tenencia responsable de mascotas son más importantes que nunca. Es vital que, como tutores de animales de compañía, entendamos que nuestras decisiones y acciones impactan directamente el bienestar de nuestras mascotas y, por ende, de toda la comunidad.
En conclusión, el cambio climático es un desafío que no debemos ignorar. Nuestra visión del cambio climático debe estar enmarcada en la perspectiva de una sola salud, que reconoce que nuestra salud, la de nuestras mascotas y la del medio ambiente están intrínsecamente conectadas. Nuestras acciones tienen un impacto directo no solo en el entorno, sino también en la calidad de vida de nuestros animales y, en última instancia, en nuestra propia existencia. La clave para un futuro más saludable y seguro radica en un compromiso colectivo para cuidar nuestro planeta, reconociendo que en este esfuerzo que todos somos interdependientes.
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