Chile, a través del Ministerio de Medio Ambiente, intenta disminuir la brecha legislativa en materia medioambiental de envases y embalajes frente a la legislación de países más avanzados en esta materia, utilizando a Europa como referente, donde ya se inició un cuerpo legislativo importante en materia medioambiental en los años '90.
Dado la toma de conciencia de la sociedad del impacto medioambiental que generamos siguiendo un modelo de economía extractiva de tipo lineal, modelo de desarrollo no sostenible ni económicamente, ni ambientalmente ni socialmente, en Europa se definió un "gran pacto verde" cuyo objetivo es incorporar la economía circular en distintas áreas pero con gran énfasis en el área de envases y embalajes, donde entre otras cosas se definen metas como es que para el 2025 el 65% de los plásticos deberán ser reciclados, y para el 2030 el 100% de los envases plásticos deberán ser reciclables, compostables o reutilizables.
Es aquí donde surge el siguiente reto, indudablemente es mucho más cómodo utilizar material plástico virgen que reciclado, el que requiere tratamientos para garantizar sus prestaciones y propiedades similares a la de los plásticos vírgenes, y este reto hace referencia a la necesidad de fomentar el uso de plástico reciclado tanto postconsumo como postindustrial.
Por eso mismo, las legislaciones de los diferentes países están desarrollando estrategias que permitan incentivar el uso de plástico reciclado. En España la ley 7/2022 que empieza a regir desde este año 2023 pone un impuesto al uso de plástico virgen de 4,5 euros/kg de material plástico virgen, mientras que el uso de plástico reciclado no tendrá que pagar impuesto alguno. Indirectamente este costo va a afectar a las empresas chilenas que exporten tanto productos envasados como los propios envases.
Pero una de las áreas que más se ve afectada es el sector de envases y embalajes y sector agroalimentario, porque ya que uno de los mayores consumidores de materiales plásticos son los envases y embalajes y los mayores usuarios son la industria agroalimentaria, deben empezar a trabajar en incorporar material reciclado en sus estructuras para el desarrollo de nuevos envases, y además Chile debe de crear y gestionar la certificación del material reciclado que se incorpora en los envases de forma regulada. La industria ya no debe esperar más en el desarrollo de envases más sustentables en concordancia con las nuevas exigencias.
Esta semana tuvo lugar en Paris, en la sede de la Unesco y ocho años después de que se firmara el Acuerdo sobre el Clima, una reunión donde los países intentan negociar un nuevo tratado global sobre los plásticos. En esta reunión han participado 175 países intentan poner freno a la contaminación por los plásticos, reduciendo su producción y prohibiendo aquellos más contaminantes. A favor de esta opción se encuentran varios países de la Unión Europea, Canadá, Chile, México entre otros, pero también tenemos en la otra vereda a países como Estados Unidos, Arabia Saudita o China quienes no apoyan esta iniciativa.
Las ventajas y oportunidades que ofrecen los plásticos en el nivel de desarrollo y bienestar actual de la sociedad está fuera de toda duda, pero hemos de ser responsables en su uso, ajustarnos a las necesidades reales y ser capaces de gestionar sus recursos e incorporándolos a través del reciclado y valorización en la cadena de una nueva economía circular.
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