La idea de escribir una columna sobre gatos dispara tantas ideas en mi cabeza que me resulta imposible concentrar mi mente en solo una de tantas dimensiones que componen esta enigmática especie. Por eso decidí preguntar a la persona que tengo más cerca, que es tutora de un gato, cuál es la cualidad que más le llama la atención de ellos. La respuesta resulta hermosa en lo simple: "Cada uno tiene formas de ser tan propias que ningún gato se parece a otro".
Si bien el estudio y la investigación de su comportamiento, sobre todo en un contexto de vida familiar, aún ofrece más dudas que certezas; creo poder aventurarme en la respuesta de porqué no podemos definir a un gato como "normal" si lo comparamos con otro que es completamente diferente, pero no deja de ser "otro gato normal".
Esta complejidad se potencia porque nuestro mejor amigo y mascota por excelencia, el perro, sí ofrece una respuesta al enigma. Todos tenemos en la cabeza cómo debe ser un perro perfecto, aunque no lo digamos en voz alta por miedo a ofender a nuestra adorada mascota si no cumple con esos parámetros.
Resulta que el gato que tenemos en nuestra casa proviene de algunos felinos salvajes, como el gato montés europeo, el africano y el asiático. Si los miramos con atención, son prácticamente iguales al que está acostado en tu sillón. Pero no solo las características físicas son parecidas, a nivel de conducta también nuestro gato se comporta muy parecido a sus antecesores, cosa que no podemos decir al comparar a un hermoso Poodle con su antecesor, el salvaje lobo.
Entonces la respuesta la podemos buscar en sus orígenes salvajes. El gato proviene de un cazador solitario que, de ser posible, viviría encuevado sin interactuar con ningún otro individuo, excepto para reproducirse, cazar o defender un territorio. En el caso de tener que convivir con alguien, lo hará a regañadientes, generando relaciones sociales muy inestables. Por otro lado, están los perros, que provienen de un animal gregario que forma manadas y tiene muchas herramientas para establecer roles, jerarquías, vínculos y resolver conflictos.
Su gato probablemente convive con otros gatos, humanos de distintas edades, perros u otras especies. Si a esto le sumamos que lo hace en una casa de dimensiones muy diferentes a los bosques y selvas asiáticas, podemos ver que se le ha cambiado bastante su mundo. En su intento de adaptarse a estas nuevas condiciones y con muy pocas herramientas sociales, se le permite tomar la postura que él considere más apropiada, ya sea dormir abrazado a su humano o ser arisco y distante. Ambos son gatos "normales" intentando sobrevivir entre nosotros.
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