Quisiera poner mi opinión sobre la mesa, sin ser abogado. Como ciudadano me parece cada día más escandaloso cómo se filtran antecedentes de procesos que se consideran reservados o secretos, pero que están ya en boca de todos. El tema es muy viejo y no veo que vaya a ser superado porque no se conocen responsables sancionados.
La violación del secreto jurídico hace referencia a la vulneración de la obligación de confidencialidad y reserva en determinados procedimientos judiciales y legales. Este secreto protege información sensible o reservada, la cual no debe ser revelada ni utilizada sin autorización.
Hay casos emblemáticos que han sufrido esta filtración. Solo para citar algunos: El 2003 el caso Spiniak, de gran impacto mediático porque las filtraciones comprometieron la reputación de varias personas públicas. El 2015 el caso Caval, que involucraba a la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, y de cuyo proceso se filtraron documentos y testimonios secretos, con una repercusión política muy grande. El 2017 la operación Huracán, que involucró a la comunidad mapuche, y que con el tiempo dio un vuelco y mucho de lo filtrado no tenía sustento real.
Para no seguir, porque habría para mucho, hay que ahora en 2024 el caso Hermosilla, donde día a día se filtran conversaciones por WhatsApp que comprometen a importantes actores del ámbito nacional.
Estas filtraciones generan una sensación de mayor transparencia e igualdad, pero establecen múltiples flancos. Aparentemente sin ellas habría mayor opacidad en muchos casos. Sin embargo, por otro lado, también ocasionen impacto en las investigaciones porque alertan a involucrados o dificulta la obtención de pruebas válidas. También generan daños a la reputación de personas que con el tiempo se constata que no tienen implicancias en el caso y una gran desconfianza en el sistema judicial y las personas responsables de velar por este secreto.
Es sabido que quienes están implicados en estas filtraciones pueden ser severamente castigados, sin embargo no se conoce de investigaciones exitosas que hayan llegado a sanciones reales, tanto penales, civiles o administrativas. En tal situación, al no tener consecuencias de estos actos es muy común acuerdos con medios de prensa que están resguardado por el secreto profesional y que pueden incluso estar motivados por importantes pagos o beneficios a las fuentes.
En resumen, la violación del secreto jurídico es una falta grave que busca proteger la confidencialidad en el ámbito legal para asegurar la correcta administración de justicia y la integridad de los procedimientos judiciales.
Es hora que se enfrente este verdadero cáncer que puede ir socavando el valor y sentido de la justicia y que puede influir en la generación de un periodismo sensacionalista que tanto mal le hace a la sociedad. Sin embargo, ello debe ir acompañado de una mayor transparencia del sistema de justicia, que asegure un justo e igualitario juicio para todos los chilenos.
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