En el mundo actual, la publicidad desempeña un papel fundamental en la configuración de percepciones y comportamientos sociales. Dentro de su influencia se encuentra la posibilidad de avanzar hacia modelos de género distintos a los que estamos acostumbrados a ver en general. Esta herramienta poderosa tiene el potencial de moldear un nuevo imaginario cultural en cuanto a la interacción entre hombres y mujeres, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más equitativa.
La publicidad se nutre de la cultura y las personas. Representa y amplifica lo que sucede en el mundo, capturando lo que mueve a las audiencias. Es raro encontrar anuncios que sean completamente ajenos a la realidad social, ya que el principal componente de una estrategia publicitaria radica en interpretar las expectativas y deseos de los consumidores. La publicidad, como herramienta de comunicación efectiva, transmite mensajes complejos de manera concisa y poderosa, diferenciando productos mediante sus respectivas propuestas de valor. La industria publicitaria, al observar la realidad y comprender qué motiva a las audiencias, utiliza este conocimiento para crear mensajes atractivos, innovadores y memorables en tiempos y espacios limitados.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la publicidad hoy en día es la necesidad de evolucionar, y muchas veces romper con las convenciones históricamente fijadas en la sociedad, de manera de representar de mejor manera la vida actual de las personas. Por eso es crucial que las campañas de marketing no sólo presenten a hombres y mujeres en roles no tradicionales, sino que también desmantelen los prejuicios arraigados que han limitado la representación equitativa en el pasado.
Para adaptarse a estas transformaciones, la industria ha implementado medidas que reconocen que este tipo de representaciones estereotipadas o sesgadas son éticamente cuestionables, como por ejemplo, el Código Chileno de Ética Publicitaria o el documento de ANDA que está basado en los principios WFS. Este proceso de ajuste y aprendizaje continuo, no sólo se refiere al género, sino también a otras áreas, como la valoración de las personas mayores, las distintas culturas o el reconocimiento de la diversidad sexual.
Es de suma importancia que los publicistas entiendan y respeten este nuevo marco, evitando el error de asumir que todos son iguales. Las representaciones juegan un papel fundamental en la comunicación efectiva y es aquí donde tienen la oportunidad de convertirse en catalizadores del cambio cultural al desafiar las normas establecidas y fomentar relaciones más equitativas.
Un enfoque estratégico esencial para lograr este cambio es la inclusión de voces diversas en su creación. Al dar voz a diferentes perspectivas, se pueden construir representaciones más auténticas y empáticas, que resuenen con una audiencia cada vez más consciente y exigente en términos de equidad. Es hora de aprovechar esta oportunidad para forjar un nuevo y positivo camino cultural en nuestra sociedad.
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