La "nueva responsabilidad"

Mauro Lombardi
Ultimos publicados:

Donald Trump se apuntaba la cabeza con el dedo para decir que tiene cerebro. Lo hizo justo después de dar a conocer un supuesto estudio que habría señalado que el desinfectante mata el virus (coronavirus) en "un minuto". Mientras la mayor parte del mundo escuchaba atónito esto (incluyendo sus asesores de salud), 100 personas eran internadas en hospitales tras inyectarse lejía y otros productos de limpieza. Al ver esto, uno pensaría que estamos lejos de algo así. Creemos que personajes como Trump no tienen cabida en nuestro medio.

Sin embargo, si revisamos nuestras autoridades comunales y sus acciones, en algunos casos, no estamos tan lejos como pensamos.

Un alcalde anuncia la importación de un medicamento que se utiliza para el tratamiento de la hepatitis C, que supuestamente contrarresta los efectos del virus. Otro abre un mall,  en pleno peak de infectados, provocando una innecesaria aglomeración de ávidos clientes con síndrome de privación compradora. 

Son hechos que nos alertan y nos obligan a revisarnos, porque la fe ciega de la gente en algunas autoridades, teñida casi siempre de ideología o ingenuidad, puede provocar un desastre sanitario.

El tema surge producto del debate sobre la excesiva aparición de autoridades comunales en los medios de comunicación. Mirado con perspectiva, tiene sentido que alcaldes se tomen la agenda de los medios.

Y tiene sentido porque son justamente ellos y ellas quienes interactúan en el área chica, que conversan con el Chile real y que conocen los pequeños grandes problemas que aquejan a un país confinado.

Pueden ser los ojos de un gobierno central que aparece desconectado de realidades locales que afectan a millones de personas. Pero esta abundancia de apariciones demanda responsabilidad, sobre todo mirando que algunos han tomado esta ventana pensando en el bien de su comunidad, mientras otros lo han hecho pensando en el bien de su próxima reelección. 

La mayor exposición que hoy viven será juzgada por sus votantes, no por la cantidad de minutos en pantalla o los centímetros de diarios, sino por la seriedad y ponderación con que actuaron cuando la salud de los chilenos estaba en juego.

La responsabilidad, sin embargo, también recae en los medios. Lamentablemente, aquí hay espacio para editores, no siempre criteriosos, que toman decisiones mirando el rating y no comprenden el alcance que una información errada puede tener estos días.

Noam Chomsky decía que la manipulación mediática hace mas daño que la bomba atómica porque destruye cerebros. Por eso, dar cabida sin discernimiento a cualquiera que quiera opinar o decir algo, es peligroso. Y esto no sólo apunta a los políticos.

Abrir espacio a un pastor, reconocido por sus excesos y fanatismo, por el morbo de ver con qué va a salir, no es ejercer la misión que la ciudadanía requiere y demanda hoy a los medios de comunicación.

Aun cuando los panelistas le hayan rebatido a dicho pastor el mensaje ya entregado a algunos fieles, puede llevar a unos pocos a sentir que la solución al virus es más de origen divino que humano, con las consiguientes lamentables consecuencias.

Hay ejemplos. La muerte de un pastor en la comuna de Paine que falleció de Covid-19 después de encabezar un encuentro con 300 fieles o la entrega de la comunión en la puerta de un colegio del barrio alto a algunos seguidores, revela la necesidad de tener conciencia cuando se lidera la espiritualidad de otros.

El periodista norteamericano Michael Medved dice que el verdadero poder de los medios masivos radica en su capacidad de redefinir la normalidad. Esto es hoy más necesario que nunca. Una normalidad regida por una conciencia centrada en entregar información correcta y orientar acciones responsables.

Una normalidad donde las indicaciones la den los verdaderos expertos y que permita derrotar la pandemia y volver a una realidad que añoramos, esa que hoy se ve tan distante.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado