¿Qué hace que casi 150 mujeres, de una veintena de países del mundo, tan disímiles como México y Kazajistán o tan relacionados entre sí como Italia y Argentina, se reunan durante una semana para hablar de periodismo? ¿Qué hace que esas mujeres decidan, además, trasladarse literalmente al fin del mundo (o al inicio como lo llaman allí) para reflexionar, conversar, discutir y compartir experiencias?
Hablo del Congreso de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras que se desarrolló en Punta Arenas por iniciativa de la presidenta de AMMPE, Elia Simeone, buscando la descentralización y poner "nuestro norte en el sur", como planteó en la convocatoria.
La respuesta a las preguntas iniciales es simple, pero a la vez compleja: Tenemos la convicción de que el periodismo es esencial para la democracia, de que "no hay democracia sin periodismo", como dijo en su charla magistral de inauguración la periodista y novelista española Rosa Montero.
La escritora contó que llevaba años sin participar de reuniones de este tipo, pura o mayoritariamente femeninas: "No creo que las mujeres podamos ser un grupo aparte, tema de un simposio o una cajita que se abre y se cierra a voluntad. Sin embargo -añadió-, los 20 años de travesía por el desierto que lleva el periodismo con la desaparición del 90% de los diarios impresos en el mundo, y con las personas informándose por redes sociales, obliga a levantar la voz: "Hay que luchar para estar en la verificación de lo real, contra los bulos y las amenazas a la democracia".
Y hablando fake news, entre las expositoras estuvo la socióloga y académica española Sandra González-Bailón, quien planteó que aunque solo el 3% de la información no es fidedigna, "la abundancia de información es casi una forma de censura por exceso, porque el contenido que realmente importa es mucho más difícil de encontrar, lo que genera desórdenes en el sistema de medios".
Tras ello, hizo mucho sentido el planteamiento de la embajadora de Finlandia en Chile, Johanna Katkajarvi, quien dio a conocer el plan de educación mediática que se aplica en su país desde la primera infancia basado en que a mayores herramientas, es menos probable que las personas sigan o crean noticias falsas.
Por supuesto hablamos también de inteligencia artificial (IA), que es un tema que ocupa a las periodistas como a todo el mundo. Carlos Scolari, experto de la Universitat Pompeu Fabra-Barcelona, dejó claro que las IA vinieron para quedarse y por tanto hay que aprender a convivir con ellas, incorporarlas a los procesos profesionales, de enseñanza-aprendizaje y de investigación lo antes posible; hay que conocer y difundir su lógica de funcionamiento, y promover su uso transparente y ético. Como dijo la directora de la Escuela de Periodismo UC, Luz Márquez de la Plata, "vamos a ser mejores que la IA por nuestra capacidad de dudar, de razonar, de reportear. Esto último es algo que en los medios se ve cada vez menos", lamentó.
Y quizá un buen uso de la IA en nuestra labor sería para ayudarnos con lo que la Premio Nacional de Periodismo 2023, la magallánica Patricia Stambuk, planteó en su momento: "Es necesario salir del círculo enfermizo de la información política, de los dimes y diretes, y de la información policial". La información nutre a un país, pero también puede desnutrirlo cuando equivoca o estrecha la mirada y el rumbo.
Ya al cerrar, debo hacer un disclaimer: No pertenezco a la AMMPE ni a la Asociación Nacional de Mujeres Periodistas ni al colegio de la orden. Sin embargo, tras mi paso por Magallanes con tantas mujeres tan determinadas y determinantes en su labor, no puedo sino suscribir el valor de la asociatividad y resaltarlo.
Especialmente porque, como dijo la ahora expresidenta de AMMPE World Elia Simeone, y quedó registrado en la Declaración de Magallanes, "hoy la democracia está en riesgo y cuando se debilita la democracia, todo lo que las mujeres hemos alcanzado hay que cuidarlo". O como planteó Rosa Montero, "debemos repensar el mundo todos los días y estar atentos a la ola de destrucción de los logros de la mujer. Ni un paso atrás, ni para tomar impulso".
Ni para tomar impulso...
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