Algo trepida en lo profundo

La ex senadora Carmen Frei rememoró en la Junta Nacional de su partido -la Democracia Cristiana (DC)- el gesto de su padre, el ex Presidente Eduardo Frei Montalva en 1980, en aquel acto político-social realizado en difíciles circunstancias, con la dictadura encima, en el Teatro Caupolicán de Santiago. En esa oportunidad, Frei llamó a instalar una asamblea constituyente y se puso en campaña para enfrentar el plebiscito trucho montado por Pinochet para hacer aprobar la actual Constitución, que nos rige hace 42 años.

Había una gran expectación en el mundo político el miércoles 6 de julio. Cuatrocientos delegados debían resolver si la DC aprobaría o rechazaría el nuevo texto constitucional que se propone. En días previos, algunas personalidades de esa colectividad ya habían adelantado su postura negativa y ponían un manto de incertidumbre sobre el pronunciamiento de la Junta Nacional.

El resultado final ha sido promisorio. Tal vez el 63% de aprobación y 36% de rechazo anticipan algo que puede ocurrir el 4 de septiembre, a siete días de un nuevo recordatorio del golpe militar, y cuando se nos viene a la mente el hecho de que a poco de instalarse la dictadura, apenas 13 figuras políticas DC se atrevieron a firmar una carta de rechazo al golpe militar. Son hechos de la historia. Se podrá decir hoy que el peso político de la DC está en cuestión. Pero también lo están todos los partidos políticos.

Se dirá que es una colectividad con enormes contradicciones. Y no hay colectividad que pueda tirar la primera piedra. Lo esencial, es que en esta Junta Nacional los dirigentes y delegados nacionales, en representación de muchos otros militantes del PDC, marcaron una señal irrefutable de compromiso con una oportunidad histórica, única, de brindarnos un nuevo orden constitucional, de calidad diferente a lo actualmente existente.

El voto político de la Junta Nacional de la DC, que hoy obliga en conciencia y con determinación a todo militante para abonar su compromiso en favor del Apruebo es un gran aporte. "Todos los demócrata cristianos estamos a favor de escribir una nueva Constitución", se dice en el texto, y se expresa un sentido reconocimiento a la propuesta de un Estado democrático de derechos, descentralizado; protección del medio ambiente, la unidad territorial del país (lo que nunca ha estado en discusión en el nuevo proyecto) y valora que el principio de "plurinacionalidad" que se recoge en la propuesta al país proviene -nada más y nada menos- que del histórico Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, entregado al país en 2004 (hace 18 años) y que lleva la firma del ex Presidente Patricio Aylwin, quien presidió el trabajo de esa comisión durante dos años y medio.

Es importante que los partidos políticos valoren su pasado. En este caso, la gesta del ex Presidente Frei, quien con su discurso en el Caupolicán en 1980, rechazando el plebiscito constitucional de Pinochet y proponiendo una asamblea constituyente, reparó el hecho de que un sector de ese partido aceptó el golpe militar e incluso lo promovió. Luego, su campaña para el rechazo del Sí a Pinochet y su Constitución, le valió impedir que probablemente su liderazgo pudiese ser un aliciente para alimentar la formación de una oposición muy amplia a la dictadura. Esa oposición se fue constituyendo de todas maneras.

El gesto del ex Presidente Aylwin de presidir la Comisión de Verdad y Nuevo Trato, a petición del entonces Presidente Lagos, permitió poner a Chile ante un espejo para verse reflejado respecto de las muchísimas injusticias cometidas en la historia de Chile en contra de los Pueblos Indígenas, los mismos que hoy la derecha ataca sin pudor para hacerlos responsables de lo que ellos denominan "la división de Chile, los privilegios excesivos, una justicia especial para ellos" y señalándolos como una amenaza para la identidad nacional, su himno, su religión y su bandera. Hace ya 18 años, el Estado de Chile confirmó de manera categórica que el país había incurrido en un imperdonable acto de omisión y de acción directa o indirecta en las muchas injusticias hacia los indígenas de Chile y propuso mucho de las medidas que hoy, el proyecto de nueva Constitución plurinacional recoge, en gran medida.

Saludamos el voto político de la Junta Nacional del PDC. Es una gran contribución desde el mundo democrático, a la tarea de brindarnos como país y ciudadanos un nuevo orden jurídico, social y político constitucional. Después de 42 años de imperio de una Constitución que nunca logramos modificar en sus nudos esenciales, nos merecemos una mejor oportunidad de Aprobar el inicio de un camino hacia un nuevo tipo de Estado y de sociedad.

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