"Amarillos por Chile", o amarillentos: ¿"Los Auténticos Decadentes" chilenos?

Me refiero al polémico caso noticioso de los "Amarillos por Chile", dado a conocer desde el viernes 18 de febrero de 2022. En lo principal, conocer la lista de los 77 firmantes originales de esta proclama resulta de un particular interés analítico, cognitivo, histórico, humano, informativo, pedagógico y político.

Del listado que se incluye, en las páginas 3 y 4, del total del documento in comento, resulta evidente que, la gran mayoría de sus firmantes son "ex" algo: ex dirigentes políticos, ex funcionarios, ex ministros, ex parlamentarios y ex otros. Algunos/as están aún vigentes, o habiendo sido "ex" también, ahora han adquirido otra identidad política, y reaparecen en la escena. Varios sí siguen activos y, algunos/as, se destacan en sus respectivas ocupaciones profesionales. Hay nombres de candidaturas constituyentes ampliamente derrotadas, simbolizadas, además, en currículums vitaes plenos de "ex", revelando sus tránsitos políticos, de tumbo en tumbo. Por cierto, tienen derecho a opinar, con sus puntos de vista.

Salvo los más jóvenes de ese listado de nombres - unos muy pocos -, todas ellas y todos ellos, estuvieron, durante más de un cuarto de siglo, estables en "Los nervios del gobierno" (Karl W. Deutsch, 1969). Disfrutaron, sin límites de estos; se consolidaron y estabilizaron en distintos planos: conocimiento público, ego, familiar, imagen, patrimonial, personal, político y profesional, y se acomodaron en el mundo. Y la gran mayoría, se cansó de bregar y luchar.

Es más, casi todas y todos son 'hijas e hijos de la democracia representativa'. Conocieron y practicaron, cotidiana, semanal y mensualmente, las más de las veces, la "democracia del telefonazo", la "democracia entre cuatro paredes, o en algún privado de restaurant", la "democracia del llámame, veámonos", la "democracia de dame tu tarjeta y/o toma mi tarjeta", la "democracia de palacio, conductores y escoltas". Y bueno, ya desde los años noventa, fue apareciendo, rápidamente, la "democracia de los celulares, notebooks y las tablets". Ellas y ellos, se encantaron, y estuvieron pletóricos, en "Los nervios del gobierno: modelos de comunicación y control políticos", título completo de aquel libro, muy revelador.

De todo ello, aprendieron a complacerse, mal acostumbrándose, firmantes de "Amarillos por Chile". Es conocido que, este color, en la rosa cromática, va decreciendo y se va poniendo amarillento. Seguramente, esta no será la ocasión de una atípica excepcionalidad histórica, extinguiéndose ya, hacia fines del primer semestre de este cardinal e histórico año 2022.

Hoy, reaparecen agrupados, advirtiendo, pontificando y sentenciando, en relación a la Convención Constitucional, en pleno desarrollo: "ejerceremos el legítimo y necesario derecho a la crítica si se extravía...". Pero, no indican ¿de qué "se extravía"? Sin eufemismos: ¡¿qué se han creído?!, ¡¿quién les asignó esas tareas?! ¿Será la mayoría de las candidatas y candidatos a convencionales constituyentes ampliamente derrotados que, fueron apoyados por ellas y ellos, la que los impulsa a tal arrogancia, prepotencia y pretendida superioridad?

No podrán con la autonomía de la Convención Constitucional; con su plena legitimidad de origen; sus abiertos y transparentes debates, con votaciones mayoritarias.

La minoría tiene sus derechos, se votan sus indicaciones, y, obviamente, no se aprueban. Es la minoría del rechazo a una Nueva Constitución, del plebiscito del 25 de octubre de 2020, y que, después, se postularon para ser convencionales en la Convención Constitucional, con total desfachatez y sin ética política.

"Amarillos por Chile", nada entienden de la intensa diversidad y riqueza de los debates y diálogos intraconvención constituyente, en trabajos de Comisiones y en sesiones de Plenos. Solo agitan, alarman, amenazan, distorsionan y pontifican; sembrando chismografías, deformaciones, desconfianzas, desinformaciones, falsedades, miedos, rumores y temores.

No logran comprender que los trabajos de las 7 Comisiones temáticas, son conducentes a la edificación y elaboración de una distinta y Nueva Democracia Chilena, para este Siglo XXI: bien cimentada y muy descentralizada, digna, humana, intercultural, justa, paritaria, participativa, plurinacional, popular, protagónica, regionalizada, soberana y territorial.

En consecuencia, las públicas votaciones en sesiones de Plenos no deben ser irrespetadas, más aún, cuando alcanzan y sobrepasan claramente aquellos 'míticos' 2/3, imaginados y pensados, por algunos 'inteligentes calculistas electoralistas', como una barrera política infranqueable, y condición y requisito para firmar aquel Acuerdo del 15 de noviembre de 2019, por parte de la derecha política, hoy clara minoría en la Convención Constitucional.

Por cierto, el estallido de la revuelta social - nuestro propio octubre, de 2019 -, tuvo sus cómplices pasivos y coautores responsables, desde el nivel estatal y gubernamental, hacia abajo, gestado en ese más de cuarto de siglo, por ellas y ellos - firmantes y adherentes -, "Amarillos por Chile", con cargos y roles inocultables y con responsabilidades ineludibles.

Finalmente, dos curiosidades aportan su primer firmante y su auto vocero, un "ex" ya muy conocido y recurrente, en franco deterioro, no influyente y progresivo desgaste.

En efecto, aquel parecía y era conocido, en la penumbra de la filosofía y el intelecto, alejado de la petite politique, dedicado a transmitir el buen saber, haciéndolo en ciertos espacios televisivos. Y, hoy, aparece, Cristián Warnken Lihn, como uno más de aquellos y aquellas, de esa llamada "democracia del telefonazo" que, no termina de extinguirse y fallecer, mientras se construye y edifica la Nueva Democracia, lo cual es inherente a los cambios históricos y períodos de cambio. ¿Cuántos televidentes se decepcionarán? Lo cierto es que, no tiene ningún alcance ni importancia ni relevancia para el porvenir constitucional de Chile: ni siquiera pensarlo vale. Ahora, recuerda que, es de izquierda. Ya perdió toda credibilidad.

Y el otro, un super "ex": "ex" presidente de partido político (dos alargados períodos DC, no estatutarios), "ex" diputado, "ex" ministro, y "ex" senador, Ignacio Walker Prieto. También fue "ex" pre precandidato presidencial (por auto designación y autoproclamación, y algunos apoyos en Chachagua, Maitencillo, Zapallar y, quizás, Pucón). Ahora, dictamina e instruye los caminos constitucionales de Chile. Y publica artículos adentrándose en instancias de otros partidos políticos, aparentando expertise. Escribe libros sobre coaliciones y derrotas políticas (siempre bien apoyado y cobijado, ya sea por Cieplan, KAS, Princeton University, y/u otros). Pero, aún nos está debiendo, como una "iniciativa ciudadana", el único libro que, debiera escribir, dónde argumente y explique la estrepitosa derrota personal en su candidatura a reelección senatorial, por 6ª Circunscripción, Región de Valparaíso, en el 2017, con ese tan precario 4,65%, y solo 30.872 votos, en un total de 640.825 votos, válidamente emitidos.

"Los Auténticos Decadentes" son una prestigiosa banda musical argentina. El nuevo Estado de Chile que, ya emerge y vendrá, no necesita unos símiles chilenos, con pretendido rango político-constitucional, más allá del respeto, o aprecio, que, cada lector o lectora, pudiera tener por algún o alguna firmante.

Sin duda, au-dessus de la mêlée, los nombres de la Académica Elisa del Carmen Loncon Antileo y de la Doctora María Elisa Quinteros Cáceres quedarán, indelebles, en la memoria y la retrospectiva históricas de Chile, sus pueblos originarios y su pueblo trabajador, a partir de esta tercera década del Siglo XXI, a través de nuestra Nueva Constitución Política.

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