Metro para Lo Espejo: justicia territorial que se pone en marcha

En su última Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric realizó un anuncio que puede cambiar para siempre la vida de quienes habitan Lo Espejo, en la zona sur de Santiago: la futura extensión de la línea 4 del Metro hacia la comuna. Un sueño largamente postergado, que por fin comienza a perfilarse como una posibilidad real.

Este anuncio no es solo una buena noticia en términos de infraestructura o conectividad. Es, ante todo, un acto de justicia. Porque las comunas del sur de la capital han sido por décadas testigos del abandono, obligadas a levantarse más temprano, a caminar más lejos, a pasar horas en el transporte público lejos de sus familias. Y pese a eso, han seguido adelante con esfuerzo, dignidad y esperanza.

Hoy, más de 100 mil personas viven en Lo Espejo. Hombres y mujeres que trabajan, que estudian, que crían a sus hijos y que han hecho de la resiliencia su modo de vida. Para ellos, el Metro no es solo un medio de transporte: es la posibilidad concreta de mejorar su calidad de vida, de reducir tiempos de traslado, de llegar más rápido a un centro de salud o de acceder a nuevas oportunidades laborales y educativas.

Esta demanda, nacida desde el corazón de los propios vecinos, es histórica. Ha sido levantada durante años por organizaciones sociales, dirigentes y la comunidad entera. Y hoy vuelve a estar sobre la mesa no solo por la voluntad del Gobierno, sino también gracias al impulso de la campaña ciudadana liderada por la Municipalidad de Lo Espejo; de su alcaldesa, Javiera Reyes; y parlamentarios del distrito 13, que ha movilizado a miles de personas en torno a esta causa común.

Esa campaña logró reunir más de 10 mil firmas, entregadas directamente al Presidente Boric en el Palacio de La Moneda. Fue un gesto simbólico y poderoso: es la comunidad que se organiza, que exige ser escuchada y que defiende su derecho a una ciudad más justa y equitativa, sin segregación social. Pero no basta con el anuncio. Lo importante ahora es que este proyecto avance con eficiencia, con participación ciudadana y con una mirada de desarrollo integral del territorio.

Esteremos atentos, a que este anuncio, no quede en palabras, sino que se traduzca en obras concretas que reconozcan el derecho a la movilidad y contar con servicios de altos estándares, como parte fundamental de la dignidad de las personas.
Porque la justicia también se construye en los trayectos diarios: en el camino al trabajo, en la posibilidad de regresar antes al hogar, en un viaje más seguro, más corto, más humano.

El Metro hacia Lo Espejo no solo transportará personas. También llevará sus sueños, sus luchas y sus anhelos. Y será un símbolo de que el desarrollo no puede seguir dando la espalda a los habitantes del sector sur de Santiago.

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