Carta abierta al Presidente electo

Patricio Young Moreau

Ultimos publicados:

• Sin título
• ¿Qué sería de Chile con buenos políticos?
• Kast: ¿Consecuencia o inconsistencia?

Estimado señor, primeramente, lo felicito por su clara elección en un acto ejemplar y con consecuencias muy republicanas.

Quisiera felicitarlo también por su primer discurso frente a sus partidarios y el país, en el cual expresó su intención de gobernar para todos, para lo cual renunciaría con dolor al partido que usted formó. En el mismo manifestó claramente que había que respetar a la oposición porque es necesaria para la democracia y que escucharía y dialogaría con todos quienes pongan el interés del país por sobre el interés personal o de su ideología. También considero muy positivo que haya valorado a los presidentes que lo precedieron y con los cuales usted no tuvo mucho acuerdo o afinidad. Especialmente rescato el reconocimiento al presiente Piñera, al que en su oportunidad consideró el peor gobierno, lo mismo que después señaló para Boric.

Sin duda su interés por controlar y regularizar la migración es de gran valor, porque mientras un gobernante de derecha, Sebastián Piñera abrió la puerta en Cúcuta, otro como usted busca cerrar. También usted manifestó que realizará muchas otras necesarias transformaciones, que de por si son complejas, pero usted parece tener la llave maestra para resolverlo fácilmente; fantástico porque el país necesita más obras y menos ideas, explicaciones o justificaciones. Sin embargo, es importante que usted recuerde que su predecesor Sebastián Piñera prometió que se le acabaría la fiesta a la delincuencia, sin embargo, los resultados fueron contrarios a los esperados.

Cuando llega al gobierno había 4,5 homicidios por cada 100.000 habitantes deja el gobierno con 6,7 homicidios por cada 100.00 habitantes. También aumentaron los robos y la sensación de inseguridad en la población. Por lo tanto, la farra aumentó.

Gracias por su gran discurso y las buenas intenciones que reflejaron, porque generan esperanzas al país. Quisiera ahora preguntarle, ¿cómo lo hará para generar un diálogo basado en el respeto y la valoración del otro, con actitud humilde como lo señaló, cuando hasta hace unos días usted no tenía ninguna capacidad para reconocer lo bueno de este gobierno, sino que era el más malo de la historia? Además, señaló que el país se caía a pedazos, cosa que rechazaban las estadísticas e incluso en su sector. Atacó muy duramente al presidente. ¿Si usted no ha sido capaz de valorar lo bueno que haces los otros, cómo espera que valoren lo que usted haga?

A lo largo de la corta historia de su partido hay muchos actos de soberbia y arrogancia. Basta recordar el peso que tuvieron en el segundo proceso constitucional el que fracasó por la soberbia de los suyos. Tuvo en su mano un acuerdo constitucional realizado con gran esfuerzo y dedicación por expertos de todos los sectores políticos, incluso del suyo, y no fueron capaces de escucharlos y valorarlos. Estaba allí todo dicho y habría sido aprobado por una gran mayoría. Hoy estaríamos viviendo otra realidad. Pero su partido prefirió dejarlo de lado y perdió estrepitosamente. Por su parte en el Parlamento siempre se han restado a los acuerdos, con una muy baja capacidad de ceder. Quisiera preguntarle, ¿cómo serán capaces cambiar su mirada mesiánica de un día para otro?

Bueno, podría ser que, como para ustedes "el fin justifica los medios", haya sido una estrategia política para llegar al poder, siguiendo la línea de Trump y Milei, y ahora vendrá un cambio radical producto de la realidad que le tocará como gobernante, donde no tiene todo el control del Estado, como anhelan los gobernantes de su sector. En este caso podría ser comprendido, sin embargo su credibilidad no tendría ninguna valoración y eso es muy grabe para un presidente.

Nos alegra su discurso, pero son muchas las preguntas que nos surgen del mismo que dejaremos para otra carta. ¿Sería posible que, para tranquilidad mía y de todo el país, pudiera dar respuestas a estas interrogantes? Mucho se lo agradecería.