Coescrita con Emilio Rodríguez, vicepresidente ejecutivo del Consejo de Rectoras y Rectores de la Universidades
Chilenas (CRUCh) y presidente de Proyecta Chile 2050
Este 16 de octubre no será un día más en la coyuntura política chilena. Será el hito de la presentación de "Proyecta Chile 2050", un documento que -por su origen y ambición- merece ser considerado una acción de colaboración radical, pues está articulado por todas las universidades del CRUCh, institutos profesionales, centros de formación técnica y con Fundación Encuentros del Futuro (FEF), en alianza con el Senado, organizaciones de la sociedad civil, mundo público y privado.
Este proyecto demuestra algo fundamental que la política de trincheras suele olvidar: la inteligencia no es individual, es colectiva. En un Chile crónicamente aquejado por el cortoplacismo y la polarización, donde el horizonte electoral rara vez supera los cuatro años, "Proyecta Chile 2050" es una acción de sentido país. No es una propuesta partidista ni una tesis académica solitaria; es el resultado de años de trabajo voluntario que ha reunido a más de 2.000 expertos y expertas, líderes y ciudadanos en un proceso inédito de construcción transversal.
¿Por qué es esto importante? Porque es un esfuerzo cívico que trasciende las ideologías y las urgencias del momento. Este proceso, articulado en 20 mesas temáticas, ha logrado sintetizar una visión común, ambiciosa y con sentido país. Los pilares de consenso abordan los desafíos que definirán el destino de la nación, desde la sostenibilidad y crisis climática (gestión del agua y transición energética) hasta la urgente necesidad de una matriz productiva diversificada (impulsando la economía verde y digital). Al mismo tiempo, el documento pone el foco en fortalecer la democracia y gobernanza, y en asegurar una equidad social y territorial que reduzca las brechas, elementos esenciales para la cohesión nacional.
En la era del ruido y las noticias falsas, este proceso reivindica el valor de lo colectivo. Nos recuerda que las soluciones a problemas complejos, como la gestión hídrica o la reforma educativa, no pueden nacer de un tuit o solamente de lo técnico, sino de la confluencia de la ciencia, la academia, el sector productivo (Sofofa y CPC, entre otros) junto a la sociedad civil.
La presentación del documento de "Proyecta Chile 2050" es más que un evento; es un rito de reconocimiento a la voluntad de miles de personas que han dedicado su tiempo a proyectar el país. Es un llamado a que la próxima generación de líderes y quienes aspiran a gobernar Chile en las décadas venideras, tomen este insumo como lo que es: una visión compartida y validada por el conocimiento experto y la diversidad territorial.
Proyecta Chile 2050 no es solo una hoja de ruta; es el propósito que nos obliga a encadenar el presente con el futuro. La urgencia es real: Chile, como ejemplo, tiene la oportunidad de ser un líder regional indiscutible en la transición energética global. Pero esa proyección, que hoy es solo potencial, exige que las decisiones se tomen ahora. Esto solo será posible si logramos forjar un verdadero acuerdo nacional que armonice la visión de desarrollo con las realidades y necesidades de cada territorio.
El desafío ahora no es solo aplaudir el trabajo. El verdadero reto es que los próximos líderes asuman que la agenda de Chile al 2050 ya no les pertenece en exclusiva, sino que ha sido depositada por la ciudadanía organizada. Solo asumiendo esta hoja de ruta colectiva, podremos transitar juntos hacia el Chile que queremos y merecemos ser.
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