Dictadura: las cosas por su nombre

El Consejo Nacional de Educación sorprendió aprobando la propuesta del ministro de Educación en orden a reemplazar la calificación de “Dictadura” por la de “Régimen militar” para describir el período que va desde el 11 de septiembre de 1973 al 11 de marzo de 1990.

El Gobierno de facto que se instaló en el poder en 1973 por medio de un golpe de Estado y lo ejerció en los primeros años a través de una Junta Militar delegándolo luego en la persona del General Pinochet, se puede caracterizar como una Dictadura ya que cumple cabalmente con todas las características propias de esos regímenes.

En efecto, el poder estaba concentrado en un individuo que ejerció el mando con arbitrariedad y con completa ausencia de control por parte de los otros poderes del Estado.

De hecho, el Congreso Nacional fue disuelto y el poder legislativo lo ejerció una Junta Militar que estaba jerárquica y políticamente subordinada al Dictador.

El poder judicial, por su parte, avaló la dictadura y se restó de sus obligaciones de garantizar la legalidad y la protección de los derechos humanos.

La Contraloría fue ocupada por funcionarios de la confianza del dictador, los partidos políticos fueron disueltos o ilegalizados y la censura a la prensa y a las expresiones culturales fue una realidad durante todo el período.

Pero, además de lo anterior, la Dictadura se caracterizó por el ejercicio de la violencia contra sus opositores y por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte de agentes organizados y financiados por el Estado con ese fin.

La instalación de campos de concentración de prisioneros políticos, la práctica generalizada de la tortura (cerca de 40 mil casos acreditados por la Comisión sobre Prisión Política y Tortura), el asesinato y práctica de la desaparición de los opositores políticos (más de tres mil casos acreditados por la Comisión de Verdad y Reconciliación), la organización de una policía secreta que cometió los crímenes señalados en Chile y en el exterior, incluyendo el asesinato de un ex Comandante en Jefe del Ejército, de un ex canciller y –todavía se investiga- un ex Presidente de la República.

Finalmente, este régimen compartió con otros de su mismo signo el carácter corrupto que normalmente los define.

El enriquecimiento del dictador a niveles que sorprendieron a sus propios partidarios, como ha quedado acreditado en investigaciones judiciales posteriores a la desaparición de Pinochet, lo demuestra.

El uso del concepto Dictadura en los textos escolares para definir esta fase de nuestra historia está plenamente justificado, especialmente por las graves violaciones a los derechos humanos que caracterizaron a todo el período.

El uso de un término más neutro como régimen militar constituye una forma de intentar reinterpretar la historia y blanquear un período con el que lamentablemente algunas autoridades todavía mantienen vínculos solidarios.

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