En el repetido lenguaje político podemos encontrar un sin número de expresiones, palabras, afirmaciones, entre otras, para describir o explicar las situaciones que ocurren en este espectro. Sin embargo, hay una expresión que se ha convertido en la favorita de algunos sectores y es utilizada como botón de pánico cada vez que se recibe un cuestionamiento, por muy bien fundamentado que esté, el "aprovechamiento político".
Hace unos días en nuestra ciudad, un candidato a un cargo de elección popular, apoyado por la UDI, fue sorprendido en un control policial manejando bajo la influencia del alcohol. La ciudadanía no tardó en cuestionar esta conducta, de la misma forma que el oficialismo, e incluso otros partidos de oposicion, pidieron al candidato bajarse de la elección. Sin embargo, la UDI, como quien siente una amenaza, presionó el botón de pánico alertando peligro.
Emplazar a una figura pública que opta a un cargo de representación y que tilda un delito como un "error", no es aprovechamiento político. Aprovechamiento político fue lo que ocurrió cuando la oposición utilizó mediáticamente el lamentable asesinato de los carabineros en Cañete para acusar al oficialismo de instalar la violencia en el país.
Aprovechamiento político es que, por ejemplo, un parlamentario afirme en los medios que la crisis de la UACh se deba a una ideología de izquierda, pasando por alto la pluralidad de pensamiento de la casa de estudios y que la tiene entre las más destacadas a pesar de la profunda crisis que atraviesa.
Para nadie es novedad que nuestro país atraviesa una profunda crisis de seguridad y desconfianza, que también afecta a las instituciones. Esto se trata de ser consecuentes con lo que defendemos y criticamos, sobre todo si se aspira a un cargo de representación. Hago un llamado a quienes ejercemos mandatos de elección popular o somos autoridades, de entender que con el ejemplo es como se educa y se construyen los cambios que necesitamos como sociedad.
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