El nuevo ciclo político y la oportunidad de Boric

El domingo se celebró una nueva elección presidencial y esta semana comenzó con un presidente electo. El diputado Boric será el primer Presidente, a mi juicio, del nuevo ciclo político que comienza a instalarse. No existe una fecha o un hito que nos permita decir cuándo efectivamente comienza, más bien se trata de una serie de acontecimientos y fenómenos que nos dan luces para concluir que nuestro país comienza a vivir una nueva etapa social y política.

En primer lugar, el país deja atrás una etapa donde vivimos bajo el binomio Bachelet-Piñera. Dieciséis años que se turnaron entre ambos liderazgos, por tanto, conocíamos más o menos los márgenes en los cuales podrían actuar. Este período se traduce en una escasez de liderazgos nuevos para dos grandes bloques que gobernaron desde 1990.

En segundo lugar, existió un claro reemplazo de las elites políticas predominantes. El Frente Amplio se consolidó como alternativa a la centroizquierda, tanto es así que logró llevar a uno de sus miembros a la Presidencia de la República. Hemos visto en este proceso el quiebre de alianzas históricas como al del PDC-PS, y la búsqueda por parte de algunos partidos miembros de la Concertación y Nueva Mayoría abrirse a la relación estable con el nuevo sector hegemónico.

En tercer lugar, ingresan de manera masiva nuevos actores al sistema político. Gracias a los cambios realizados para crear nuevos partidos y a las modificaciones al sistema electoral se abrieron oportunidad para que surgieran nuevas tiendas y con ello la aparición de nuevos actores, parte de esto es la elección de congresistas para el Partido de la Gente.

En cuarto lugar, tendremos una configuración del Congreso plenamente votado bajo un régimen electoral proporcional. Hasta ahora mantenemos un Legislativo con algunos de sus miembros bajo el binominal, por tanto, se encuentra aún incompleto en su integración. Esto por supuesto lleva a que estos aún mantengan resabios de dinámicas propias del antiguo sistema electoral.

Por último, la creación de una propuesta constitucional será probablemente la consolidación de este nuevo ciclo político. Una nueva Constitución supone la creación de nuevas reglas e instituciones, instala nuevas lógicas de interacción entre ellas y con la sociedad.

Es significado y simbólico de esta nueva etapa, la elección de un Presidente con 35 años de edad, y quien hasta pocos años era un dirigente estudiantil. Más allá aún, que su comando estuviera integrado principalmente por figuras jóvenes como los diputados Giorgio Jackson, Camila Vallejo, y Karol Cariola, así como la médico de protagonismo crucial en segunda vuelta: Izkia Siches.

Se ha tratado de dar algunos puntos que explican la instalación de un nuevo ciclo social y político. Aún no se pueden adelantar los resultados que tendrá este ciclo más allá de los sentimientos de algunos -legítimos por cierto- o si tendrá una cristalización tal como lo tuvieron en su momento la "Política de los Acuerdos". De todas formas, se adelantan importantes realineamientos en lo que hemos conocido por décadas, por tanto, será relevante no leer estos nuevos códigos basados en el pasado.

Es dable señalar que, en este nuevo marco, el Presidente electo Gabriel Boric tiene una oportunidad de llenar el vacío de poder y liderazgo que hoy tenemos. Tiene una chance de ayudar en el diseño y consolidación de este nuevo ciclo, el cual se instala en un país polarizado y herido después del desgaste que nos ha dejado el 18 de octubre y la pandemia del Covid-19. A Boric se le presenta la oportunidad de sanar al país y hacerlo dialogar después de este transito en el cual nos hemos enfrentado.

Ha tenido señales en esta línea, cuando en su discurso de victoria expresó que también será el presidente de los electores de su contendor. Finalmente, Boric tiene la oportunidad de volverse una suerte de Patricio Aylwin recargado, en tanto pueda utilizar nuevas herramientas para gobernar y reconciliarnos.

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