El tema de la deuda

Desde el retorno de la democracia, la deuda externa ha sido constante preocupación de los gobiernos democráticos que han estado pendientes que no se regrese al penoso tiempo de los años '80, cuando se descontroló el endeudamiento de Chile con la banca internacional y las entidades financieras. En ese período, la farra de los grupos económicos -los niños mimados de la dictadura- provocó la terrible crisis financiera del 82-83 que tuvo que ser cubierta con un endeudamiento brutal del país que, a la postre, fue pagado por chilenos y chilenas.

Por la preocupación de los gobiernos democráticos, en los '90, la deuda disminuyó considerablemente, hasta llegar al gobierno del Presidente Ricardo Lagos, que tuvo el mérito de iniciar una política económica a largo plazo ahorrando parte importante de los excedentes originados por el elevado precio del cobre. Esa voluntad fue visionaria porque esos ahorros fueron la principal base de financiamiento del país durante la paralización del aparato productivo que generó la pandemia.

El ahorro fiscal impulsado por Ricardo Lagos definió el objetivo: Lograr el balance estructural entre gastos e ingresos en el financiamiento presupuestario y generar los instrumentos que permitieran ahorrar los excedentes. En esa formulación el entonces director de Presupuestos, Mario Marcel, jugó un rol ampliamente reconocido.

La expresión institucional de esa estrategia fue la ley de Responsabilidad Fiscal que dicho gobierno presentó e impulsó en el Congreso Nacional, esa iniciativa legal se terminó de tramitar y se promulgó en el primer gobierno de Michelle Bachelet. La izquierda y la centroizquierda fueron los actores políticos que se preocuparon del futuro y no se dedicaron, simplemente, a una fácil retórica.

El instrumento en el que se depositaron los ahorros provenientes del cobre chileno fue el Fondo de Estabilización Económica y Social que reunió más de 20 mil millones de dólares hasta el inicio de la pandemia. La interrupción del proceso productivo que entonces se produjo y la entrega de bonos a la población para encarar la falta de ingresos de la población agotaron los recursos y el Estado debió endeudarse para sostener la situación. El ministro Marcel calculó la semana pasada que ese esfuerzo provocó el 89% del actual endeudamiento.

En consecuencia, resulta completamente falaz endosarle al actual gobierno la responsabilidad por el volumen de los compromisos fiscales asumidos por el Estado de Chile en la última década. El Presidente Boric ha procedido con entera responsabilidad en la materia.

Dicho directamente, cuando la derecha ha tenido que salvar sus bancos, entidades financieras y propiedades no le importó el endeudamiento y poner el aval del Estado originando con ello una carga fiscal que la ciudadanía tuvo que costear. Por eso, su bullicio es pura demagogia. Su candidata que formó parte de la dictadura no debiera olvidarlo.

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