¿Estaba preparada la derecha para gobernar?

Inquietante pregunta que surge luego de quince meses en el poder, dos cambios de gabinete, conflictos de intereses permanentes del presidente para abajo, ausencia de políticas nuevas que vayan en la solución de los problemas, proyectos insuficientes y alejados de la sintonía de la gente y desorden en el día a día.

Me dirán, este señor quiere que vuelva la Concertación no está satisfecho con los veinte años de gobierno.

Aclarémoslo de entrada, no va por ahí la solución, el pueblo eligió un cambio por múltiples razones entre ellas el agotamiento de la coalición. Y debe respetarse la decisión democráticamente tomada.

La preocupación no es porque algunos vuelvan, es porque el país en definitiva resentirá su trayectoria con un gobierno que está cometiendo permanentemente un conjunto de errores inaceptables.

Al final el famoso síndrome del país de ingreso medio que no alcanza el desarrollo se convertirá en una profecía auto cumplida, justamente para quienes popularizaron el término.

Porque lamentablemente la derecha está demostrando que no estaba preparada para asumir las delicadas tareas de gobierno y no solo por la larga ausencia de veinte años en La Moneda, sino que porque no tiene los cuadros profesionales y políticos que se requieren para hacer un buen gobierno.

La derecha demuestra trágicamente que no es capaz de caminar y masticar chicle al mismo tiempo, ¿de qué otra manera puede interpretarse el que para ponerle más política a su gobierno debe hacer uso de su plantilla de parlamentarios? La Concertación también lo hizo, sí una vez después de veinte años no a los quince meses.

De mayor gravedad es la ausencia de técnicos y profesionales, reflejada en la escasa capacidad de propuesta generada desde el sector público.

Pareciera que al traspasarse al mundo público donde no se hace lo que se quiere y como se quiere, sino que lo que está permitido y de acuerdo a reglas definidas, como corresponde a quien maneja recursos ajenos, no logran desarrollar sus capacidades.

¿Que pasaría si la oposición empezara a exigir que se cumpla con las promesas de campaña?

Ya sabemos que en lo que se refiere a combate a la delincuencia el propio Ministro encargado del área, ha señalado que no lograrán derrotar la delincuencia y que esa tarea es mucho más compleja de lo que suponían, en Educación el gobierno no tiene proyecto propio y sólo se reduce a inyectar más dinero en el mismo modelo; en Vivienda, otra confesión propia, ni siquiera los damnificados por el terremoto tendrán casa propia en el corto plazo y deberán pasar al menos tres inviernos antes de obtenerla.

¿Que hacer? Como siempre el país está primero, dejar de lado la soberbia, deponer el orgullo, abandonar el exceso de ideologismo en particular en lo económico, reconocer los notables avances de los últimos veinte años, dar espacio a los movimientos sociales y escuchar la experiencia de los que saben.

No será lo esperado pero es lo que queda.

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