Estudiosos y pensadores denominan “capitalismo salvaje” a aquellas economías fuera de control donde la obtención de ganancias se convierte en el principal objetivo y en que el lujo y la capacidad de consumo definen el estatus social y la idea de “éxito en la vida”.
También han hablado de “capitalismo salvaje” los Papas Wojtila, Ratzinger y Francisco en sus diversas y constantes advertencias sobre los males que pueden llegar a producir las economías descontroladas en el alma de las sociedades. La voracidad por el lucro y la búsqueda de ganancias a cualquier costo, afirman, llevarán a una destrucción de la “humanidad”. Así de simple y brutal.
De hecho hay quienes no trepidan en defraudar a las instituciones del Estado desde donde pueden obtener el codiciado dinero o de estafar a sus socios en la empresa privada o también de fomentar la pasión por el dinero a través de las truculentas estafas piramidales, de las que bastante hemos conocido durante los últimos tiempos en Chile.
¿Qué motiva tales conductas? La respuesta es obvia, la codicia.
Así ni Carabineros ha quedado al margen de esta situación. La trama armada por años por altos oficiales tiene que ver con esta realidad que ha impuesto el “capitalismo salvaje” con sus derivaciones de valoración de lo material y del consumo como signo de dignidad y status social.
Los altos oficiales encontraron en la institución una forma de ser coherentes con lo que la sociedad del capitalismo salvaje valora: tener harta plata y patrimonio. Eso es lo que da status.
Ese era el objetivo de las personas que han armado el fraude. Sumar prestigio por sus bienes materiales. Y mucho dinero en instrumentos financieros.
Afortunadamente, todo indica que se trata de una banda de delincuentes que ya ha sido identificada y que no puede desmerecer la alta valoración que la gran mayoría de los chilenos tenemos sobre la institución de nuestra policía.
Sin embargo, estos hechos constituyen un llamado de atención respecto de qué tan enraizada se encuentra la codicia alentada por el capitalismo salvaje en nuestra sociedad, y qué tan lejos pueden llegar quienes aspiran a tener más de lo que, legítimamente, pueden ganar.
Con tonos distintos, este mismo pronóstico sobre el desarrollo capitalista actual lo han señalado economistas, filósofos, políticos, sociólogos, antropólogos y sicólogos sociales de pensamiento progresista.
Existe una idea extendida en cuanto a que los logros materiales en la vida de las personas - de acuerdo a determinadas pautas de consumo - marcan el éxito en la vida personal. Ello lleva a que las personas hagan cualquier cosa para alcanzar esos logros.
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