Ineptos, soberbios y Hinzpeter

Mi abuela estaba de viaje, casi nadie conocía su destino. Últimamente les ha dado por viajar  a las mujeres de la familia.

La encontré en la salita. Ante mi consternación, estaba cantando. Hacía tiempo que no escuchaba sus canciones.

“Recuerdo que tenía un corazón

alérgico a los pólenes

la muerte no existía

éramos asquerosamente jóvenes

Veranos sin deberes

y el vaho del otoño en las ventanas

siempre hubo dos mujeres

la casta de mi pueblo y la Susana”.

Abuela, ¿qué estás cantando?, no me parece una letra conocida.

Debes aprenderla. Es una nueva de Serrat y Sabina. Los fui a ver a Buenos Aires.Están mejores que nunca.

Pero abuela, no deberías hacer esos viajes. A tu edad debes cuidarte un poco más.Además, van a venir a Chile.

Ya lo sé, me dijo, pero verlos en Buenos Aires es otra cosa. La gente los adora y eso se siente en el ambiente. Es un espectáculo maravilloso.

Decidí pasar a la ofensiva, y antes que me preguntara algo, le dije: abuela, ¿has leído el articulo del “The Economist” que dice que nuestro presidente es un político inepto y soberbio?

Siguió cantando.

“La orquesta del Titanic no dejó de tocar

el fox de los ahogados sin consuelo”.

Abuela ¿lo leíste o no?

“Y ¡sálvese quien pueda!

gritaba el capitán

los niños y las damas van primero

los magnates detrás, que no pare la orquesta, caballero”.

Hizo una pausa, me miró y, casi gritando, me dijo:

¡¡Es Soberbio!!

Abuela, ¿tú realmente lo piensas?

Por supuesto.  ¡Verlos a los dos cantando tan bien es Soberbio!

Abuela, no me estás prestando atención. Te pregunto por el artículo que dice que nuestro presidente es políticamente inepto y soberbio.

Dudó unos segundos y me dijo: me carga que gente de otro país critique a nuestro presidente. Menos aún estos ingleses del The Economist.

Pero abuela, yo te he escuchado decir que nuestro presidente es algo “pagado de sí mismo”, y me parece que ese dicho es sinónimo de soberbio.

Pero yo soy chilena y el presidente Piñera es mi presidente. Yo lo puedo criticar cuanto quiera. Ah, por cierto el resto del mundo puede hacer sus análisis, pero concluir que es un inepto y soberbio me parece inaceptable.

Está bien abuela. Dime, ¿piensas que es inepto?

Momento, me dijo, el juicio del The Economist no dice que sea “inepto” a secas. Lo que dicen es que es  “políticamente inepto”. Casi sin respirar, continuó diciendo: dicen que en una de las facetas de sus capacidades es inepto.

Pero abuela, no es en cualquiera de sus habilidades. Dicen que políticamente es inepto, y mucho me parece que ésa, la política, es la más importante de un Presidente de la República. ¿O crees que es más importante la faceta de empresario y emprendedor?

Entiéndeme querido nieto. Lo que no me gusta es que a nuestro presidente lo traten de inepto y soberbio los señores de esta publicación inglesa.Piñera puede ser soberbio e inepto políticamente y ésta puede ser la conclusión del análisis de lo que ocurre y ha ocurrido en nuestro país. Estos hechos pueden ser presentados y analizados por cualquier publicación internacional; sin embargo, la conclusión que nuestro presidente es un inepto y soberbio, es una afrenta a todos los chilenos.

Abuela, ¿no estarás exagerando?  Yo te he escuchado decir varias veces que nuestro presidente es políticamente “muy inepto”.

Se sonrió y sin inmutarse me dijo. Yo soy chilena y puedo opinar de mi presidente.Puedo analizar los mismos antecedentes del The Economist y concluir que es inepto y soberbio, más no estoy dispuesta a tolerar que ellos lo declaren así.¿Qué crees que ocurriría si uno de nuestros diarios opinara de su Primer Ministro o de su Reina en similares términos?

Y, sin esperar respuesta, siguió cantando:

“Lo peor del cielo

es que está tan lejos de aquí

lo peor del suelo

es que no acostumbra a mentir”

Abuela, ¿me puedes prestar atención?

Levantó la vista y me miró. Abuela, otra pregunta: el ministro Hinzpeter ¿puede suplir la debilidad política del presidente?

Casi se atora por un ataque de risa.

Abuela. ¿Qué te ocurre?

Nada, nada, pensé que me preguntarías si el ministro era también soberbio.

Luego de un silencio me dijo: ¿te acuerdas de una receta que escribí el 6 de agosto del año pasado? Se llamaba “Receta para llegar al 20%”, trataba de cómo el presidente podía alcanzar el 20% de popularidad y aceptación entre los chilenos.

Sí abuela algo recuerdo.

Bueno me dijo, en esa receta le doy al presidente una serie de consejos de lo que debía hacer para llegar al 20% de popularidad. Mi receta terminaba diciendo que el ingrediente más importante era mantener como ministro del Interior a Rodrigo Hinzpeter.

Bueno abuela, el presidente te ha hecho caso y ya casi está llegando al 20% de aprobación

Así es, me dijo. Ahora la Concertación está tratando de evitar que nuestro presidente llegue a tan ignominiosa cifra. Fíjate que ha presentado una acusación constitucional contra el ministro del Interior. En una de éstas lo logran sacar y evitan a don Sebastián llegar a ese 20%  de popularidad.

Luego, continuó cantando:

“Aunque sé que hay doctores divertidos

pa’ vacilar prefiero a los bandidos

desarraigados de la dolce vita

hartos de deshojar la margarita”.

Abuela, tengo que partir. Cuídate mucho y no salgas de viaje sin avisarme. He escuchado que estabas preguntando por viajes a Vietnam, Camboya, Thailandia y Grecia. Creo que es mucho para tu edad.

Ni se dignó a contestarme. Siguió cantando sin inmutarse.

“Se enamoró de mis baladas suburbiales

igual que se enamoran

las miopes abogadas defensoras

de abyectos criminales”.

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