Septiembre llega con un clima político marcado por la polarización. A dos meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias, Chile se debate entre la ultraderecha de José Antonio Kast y la candidatura de Jeannette Jara. Desde Socialismo Democrático enfrentamos un desafío crucial: no quedar atrapados en un péndulo que amenaza con debilitar los avances sociales y fragmentar nuestro horizonte común.
En política he aprendido que muchas veces los peores adversarios no están fuera, sino dentro de la propia casa. Eso es lo que hoy observo con preocupación en la candidatura de Jeannette Jara. Mientras el país se prepara para una elección decisiva, algunas voces dentro del oficialismo parecen más ocupadas en marcar diferencias que en construir unidad.
Con claridad he señalado que pareciera que Lautaro Carmona y ciertos dirigentes del Partido Comunista no tienen un interés real en que Jara gane las elecciones y llegue a La Moneda. Sus declaraciones, polemizando con figuras del propio gobierno y de la centroizquierda, terminan debilitando a nuestra abanderada y desviando el debate central: cómo consolidar mayorías en torno a un proyecto progresista, serio y responsable.
El PC tiene derecho a plantear matices, pero no podemos actuar como si esta elección fuera un ensayo. Cada polémica, cada frase fuera de lugar, es munición gratuita para quienes buscan instalar la idea de que la izquierda carece de gobernabilidad. Si no somos capaces de ordenar la casa, difícilmente lograremos convencer a la ciudadanía de que estamos preparados para liderar Chile en tiempos complejos.
Nuestra principal tarea es enfocar la campaña de Jeanette Jara en lo que realmente le importa a la gente: seguridad pública, combate al crimen organizado y a la migración irregular, pensiones dignas, reducción de listas de espera en los hospitales y soluciones concretas a los problemas cotidianos. Ese es el camino que debemos recorrer juntos, con unidad y convicción, sin distracciones ni divisiones estériles.
A pesar de las predicciones de los agoreros de las encuestas, esta elección no está ganada: aún queda un largo trecho de campaña por recorrer, por eso debemos reenfocar la estrategia de cómo enfrentar esta elección y terminar con estas peleas sin sentido, que lo único que hacen es debilitar el mensaje que queremos transmitir en esta campaña presidencial.
En política, lo primero es tener claro quién es el adversario y quién el compañero de ruta. Hoy la disyuntiva es evidente: o nos unimos tras nuestra candidata, o volveremos a repetir errores que ya nos han costado demasiado. Si no cerramos filas en torno a Jeannette Jara, la derrota no vendrá de fuera: será nuestra propia responsabilidad.
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