Esperanzar significa dar o provocar esperanza y es esa, al parecer, la emoción que está presente en muchas/os por el triunfo inobjetable, de este domingo 29 de junio, de Jannette Jara. Porque la esperanza no es quimérica, a través de ella se generan sueños de cambios, confianzas que son indispensables para la vida de las personas. Ella expresa esa suerte de convicción-sentimiento de que otro Chile es posible, da sentido a la idea de que se puede ser feliz, satisfacer las necesidades básicas de personas y pueblos y vivir en solidaridad, no en competencia.
En ella no suenan huecas las palabras de promoción y el respeto de la dignidad humana. Las personas creen "que la unidad que construyamos será más fuerte que el miedo. Y con ella podremos avanzar hacia un país más seguro, más próspero y más justo. Para avanzar juntos hacia un futuro mejor". También creen que es posible "un Chile distinto, construido desde las grandes mayorías, con futuro, justicia y esperanza".
Todas estas propuestas, ideas, principios, interpretan plenamente a muchas/os y se hermanan con las ideas de fraternidad cristiana, ya que "si hay salarios dignos, hay poder económico en las manos de las familias; si hay barrios dignos, hay condiciones materiales para el bienestar de las familias; si hay ciudadanía plena, hay fuerza política para sostener y profundizar los cambios".
Todas y cada una de estas propuestas y miradas, hacen dialogar los humanismos cristianos con los humanismos marxistas y nos encuentra en los principios y en la acción. No creo, como se dice y se escribe, que haya disputas sustantivas entre Jannette Jara y el presidente de su partido, Lautaro Carmona. Éste, desde su rol, se ha puesto en disposición y trabajo por la candidatura, no solo no ha sido un obstáculo, sino que ha hecho viable el proyecto que ella encabeza. No es bueno, ni ayuda, sumarse al discurso de la derecha que, desde el inicio, solo ha buscado quebrar las relaciones internas del PC creando falsas confrontaciones, olvidándose que la discusión política es parte de la esencia de los partidos y que ello no supone necesariamente quiebres.
Es importante considerar que junto al liderazgo carismático, empático y las grandes capacidades comunicativas que la llevaron al triunfo, hubo un proyecto de programa, expresado en las despreciadas 7 hojas que lo contenía, los votantes también eligieron aplastantemente ese programa, por lo que las ideas fuerzas que lo contienen deben ser respetadas y consideradas como la base para la conformación de un programa de gobierno más robusto y completo. El respeto de esas ideas es una obligación moral de quienes forman parte del pacto Unidad por Chile.
Cobra mayor fuerza la idea, ojalá expresada en la realidad, de la unidad política y social del pueblo, de los pueblos, ahora más que nunca debe concretarse y para ello, en mi mirada, se requieren cinco cuestiones básicas, no por ello sencillas: humildad, escucha activa, organización, concientización y la búsqueda efectiva de avanzar en la superación de una sociedad del egoísmo.
Porque, el que Jannette Jara sea comunista terminará por no tener mayor relevancia electoral y una muy baja influencia en la decisión de los votantes: Chile tiene una sólida tradición democrática y un sistema de pesos y contrapesos. Cualquier gobierno, independientemente de su ideología, operará dentro de un marco legal que protege los derechos de los ciudadanos. El anticomunismo es propio de la derecha y de la centroderecha, no de un pueblo un poco más consciente.
El Partido Comunista, y en general los partidos de centro y de izquierda, tienen un fuerte compromiso con los derechos humanos. La comunidad internacional y la sociedad civil en Chile están comprometidas con la defensa de ellos. Los comunistas han sido víctimas, no victimarios.
Las economías mixtas en el mundo moderno han demostrado ser eficientes para obtener desarrollo económico y responder a las necesidades de sus pueblos, combinando elementos de planificación central con el libre mercado. Esto podría permitir una adaptación gradual sin un cambio drástico en la economía chilena, pero si en la satisfacción de las necesidades más sentidas de chilenos y chilenas.
Otros países han demostrado que es posible tener gobiernos de izquierda que implementen políticas socialmente responsables, evitando caer en crisis económicas graves. Un enfoque comunista y o de izquierda podría fomentar un mayor compromiso y participación de la ciudadanía en la política, impulsando un debate más abierto sobre temas culturales, sociales y económicos que beneficiaran al país.
Este proceso político y cultural que lidera Jannette Jara, en la búsqueda responsable de una mejor vida para todos y todas, es un llamado a la unidad de aquellos/as que creen que nuestra patria necesita crecer con justicia y sustentabilidad, en armonía con la naturaleza, con respeto de los derechos de los trabajadores/as, con inclusión de los /las marginales y de las comunidades. Por todo esto, es el tiempo de animar, alentar, es el tiempo de esperanzar, porque otro Chile es posible.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado