La comunicación política en Chile ha entrado en una nueva fase, marcada por la inminente cercanía de las primarias presidenciales. Aunque no todos los candidatos están compitiendo en esta instancia, las intenciones y estrategias de varios de ellos han sido evidentes en sus redes sociales. Aquí es donde se transparentan sus enfoques, y es crucial que reflexionen sobre cómo se presentan al público.
Es evidente que algunos candidatos, como Marco Enríquez-Ominami, Carolina Tohá y Gonzalo Winter, han intentado adoptar un tono "simpático" en sus interacciones online. Sin embargo, este esfuerzo a menudo roza lo excesivo y puede caer en lo que los jóvenes millenials llaman "cringe" o directamente en lo ridículo, con comportamientos que resultan forzados y poco auténticos, generando desconexión con el público. La búsqueda de la simpatía a toda costa puede ser contraproducente, alejando a aquellos que valoran la autenticidad y la seriedad en sus líderes. Esto se vuelve aún más evidente cuando se perciben cambios de personalidad muy notorios; por ejemplo, Tohá, quien hace unos meses era la cara más dura del gobierno de Boric, ahora aparece en redes hablando de artistas urbanos y comiendo sándwiches. Jeannette Jara cae en la misma trampa, pero su impronta está marcada por el Partido Comunista, lo que termina alejando a quienes no comparten su visión.
En contraste, candidatos como José Antonio Kast han optado por una comunicación más seria y madura. La exalcaldesa Evelyn Matthei, con una presencia en redes ya consolidada, continúa utilizando estas plataformas de manera efectiva. Kast ha demostrado una notable madurez en sus enfoques, propuestas y actuaciones en general. Estos candidatos se comunican de manera clara y directa, utilizando las redes sociales como una herramienta para presentar sus posturas y propuestas, no solo como un medio para proyectar una imagen. En el caso de Kaiser, su irrupción ha sido estable y clara, planteando lo que quiere de forma directa, de esa misma manera utiliza sus redes sociales.
El mensaje que se desprende de esta situación es claro: quienes aspiren a liderar deben evitar caer en lo ridículo. La sociedad chilena necesita mayor seriedad y profundidad en el discurso político. Ya no estamos en condiciones de votar por el candidato más simpático o el que presente los discursos más bonitos; esa mentalidad ha conducido a múltiples desilusiones, y lo demuestra el más de 70% de desaprobación al gobierno de Boric.
La comunicación política debe centrarse en la autenticidad, la transparencia y la conexión genuina con la ciudadanía. En este contexto, es fundamental que los candidatos se comprometan a abordar los verdaderos problemas que enfrenta el país. Aunque las primarias se acercan, lo que realmente importa es cómo los postulantes se posicionen en un momento en el que la desconfianza hacia la clase política es alta. La carrera hacia el liderazgo no es solo una competencia por votos, sino una oportunidad para construir un futuro más sólido y auténtico para todos los chilenos.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado