Es muy grave constatar, según el último estudio CEP, que el 36% de los encuestados considera que la democracia chilena funciona mal y muy mal. Además, el 66% señala que se necesita un gobierno firme en vez de la preocupación por los derechos de las personas y el 50% prefiere suprimir las libertades públicas y privadas para controlar la delincuencia. Las cifras nos muestran un escenario muy preocupante, que de alguna manera son expresión de la incertidumbre nacional.
Las corrupciones, negligencias, ignorancias o irresponsabilidades, como cada cual lo quiera calificar, nos muestran un escenario donde los recursos públicos se malgastan, frente a tantas necesidades, o no se resguardan adecuadamente. Si a esto agregamos los actos delincuenciales que, no son solo de ahora, venimos sufriendo hace mucho tiempo en todo tipo de instituciones públicas y muchos de estos con el cuento del tío. Como diría Bombo Fica, "sospechosa la... cosa". Debemos agregar a esto la crisis de todas las instituciones que por una u otra razón han sido cuestionadas.
Muchos pensamos que frente a la crisis de las instituciones se requería sabia nueva. Es así como por primera vez en nuestra historia la juventud, que siempre ha criticado la sociedad construida por los adultos, por lo que todos hemos pasado, accedieron al conducir el país. Con el tiempo fueron mostrando inexperiencia, que otra cosa era con guitarra y ahora que la mayor altitud moral no era tal. ¡Quedamos atrapados sin salida!
Si agreguemos a esto la gran inseguridad en que vivimos producto de una explosión de delincuencia, sin lugar a duda hace comprensible los resultados que nos arroja la última encuesta CEP.
La incertidumbre es un combustible muy utilizado para incendiar las democracias, preparando el camino para populismos que vengan a resolver todo esto, claro que colocando en jaque la propia democracia.
Pero lo mas grave es que los responsables de todo esto, nuestros políticos. No se dan cuenta que para los ciudadanos cada vez se torna más difícil dirimir entre políticos honestos que buscan servir al país, de aquellos que buscan servirse del país para sus intereses personales.
Sorprende la falta de ética. Un parlamentario está en la mañana criticando enérgicamente a quién o quiénes filtraron una grabación de una reunión privada con el Presidente y el mismo reconoce en la tarde que fue él quien lo hizo, sin arrugarse ni pedir perdón.
Frente a esta realidad: ¿Cómo salvamos y hacemos crecer nuestra democracia? Para el Presidente "los problemas de democracia se solucionan con más democracia". ¿Cómo es esto? ¿Qué habría que hacer?
Se hace imperioso complementar la democracia representativa con una participativa. En efecto, buscar caminos en los que la sociedad en su conjunto pueda actuar más directamente en el control de las autoridades y en las decisiones más importantes que les afecten. Paras ello es de esperar que la nueva Constitución genere los caminos posibles.
En la propuesta elaborada por expertos se señala en el artículo 39 1: "Las personas tienen derecho a participar en los asuntos de interés público, mediante la elección de representantes, referendos y plebiscitos que la Constitución establece y a través de los mecanismos de participación, en conformidad con ella y la ley." En el punto 2 señala: "Es deber de los órganos del Estado respetar y promover el ejercicio de este derecho, tendiendo a favorecer una amplia deliberación ciudadana".
En definitiva, la nueva propuesta posibilita que los ciudadanos podamos tener mucho mayor participación en la cosa pública que la que hoy tenemos. 1.- Iniciativas populares de ley (47-1) 2.- Derogar una ley (48-1) 3.- Participar en procesos de elaboración de norma en cualquier nivel de la administración del Estado (49-1) 4.- Deliberación ciudadana que colaborarán en la resolución de una materia específica de debate público (50-1).
Habrá un mayor control ciudadano sobre el ejercicio parlamentario. "Anualmente los diputados y senadores darán cuenta pública participativa en su distrito o circunscripción senatorial, según corresponda, de las actividades realizadas en el ejercicio de su cargo" (65).
Además, "cesará en el cargo el diputado o senador que durante su ejercicio celebrare o caucionare contratos con el Estado, o el que actuare como procurador o agente en gestiones particulares de carácter administrativo, en la provisión de empleos públicos, consejerías, funciones o comisiones de similar naturaleza".(72- 2) Ya no podrán ser bolsa de trabajo del Estado.
Sin embargo, la encuesta CEP nos muestra que solo 22% está muy o bastante interesado en esta nueva Constitución, mientras que 49% no está tan interesado. Necesitamos reavivar el interés en este proceso, claro que en la medida que su resultado final no sea muy distante a lo aprobado por la comisión de expertos que ha logrado la difícil y compleja tarea de lograr el consenso.
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