La segunda vuelta

Camilo Escalona

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• Un líder inolvidable
• Los que se dividen son derrotados
• La diversidad refleja las opciones esenciales

La derecha conservadora que trabajo para una debacle de las fuerzas de izquierda y centroizquierda tuvo un gran disgusto, el plebiscito que le planteó al país le fue desfavorable. En las regiones fundamentales de la contienda electoral, fue derrotada. Por eso, la candidata Matthei es la que sufre el mayor impacto. Las candidaturas victoriosas de la Región Metropolitana, Valparaíso, O'Higgins, Antofagasta, Atacama y La Araucanía resultan ser un inmenso acicate para la brega social y política del 2025.

En su conjunto las fuerzas progresistas dirigen gobiernos regionales en las tres cuartas partes del país y la derecha alcanza sólo una cuarta parte. Es un balance aleccionador. La derecha ha vivido emborrachándose, sucesivamente, con victorias que no se producen y, una vez más, despierta con la boca reseca por el rechazo de la ciudadanía.

El gran desafío es que este respaldo popular no sea dilapidado por el triunfalismo y la falta de unidad. Los que se dividen son derrotados. Una candidatura unitaria debiera emerger de elecciones primarias, a mediados del año próximo.

Asimismo, un acuerdo parlamentario, independiente de su estructura, también tendría que comenzar a dialogarse, serena y responsablemente desde ahora. Lo más importante sería evitar que los propios incumbentes lo hagan a través de la prensa, facilitando la acción divisionista del adversario. El gabinete también debe ayudar evitando los autogoles que tantas dificultades han provocado. Su tarea de gobierno es fundamental en los meses venideros.

No hay que ponerse triunfalistas, pero hay bases sociales, culturales y políticas para que Chile no se vea obligado a vivir una regresión conservadora y consiga mantener un horizonte de justicia social, desarrollo sustentable y dignidad para sus habitantes.