La victoria del Apruebo pierde importancia

Ignacio Imas Arenas

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El resultado del 25 de octubre es claro, ganará la opción Apruebo, y a pesar que será una elección un tanto más equilibrada, probablemente sea mayoritaria la Convención Constituyente 100% electa. Sin embargo, y a pesar de lo positivo que puede ser esto para quienes se manifestaron en octubre del año pasado, la victoria de ambas opciones ha comenzado a perder interés y no solo eso, también comienza a perder relevancia. Acá enumero el porqué de esta conjetura.

En primer lugar, la no participación de los contagiados por COVID19. Recordemos que el plebiscito fue postergado en una primera instancia a solicitud del Colegio Médico y concordado con todos los partidos políticos en marzo.

De ahí en adelante transcurrieron más de 100 días donde existió plazo para diseñar un tipo de votación que permitiera la participación de las personas que fueran diagnosticadas con coronavirus, sin embargo, fue un tema que realmente tuvo interés de las autoridades, Gobierno, Congreso y Servicio Electoral, tan sólo los últimos días de agosto.

Si bien, y esperemos que así sea, los contagiados serían una baja cantidad respecto al universo de electores, para la elección de mayor impacto desde 1988 se debió tomar las medidas adecuadas y a tiempo, sabemos que hoy la respuesta a este problema puede llevar a errores que resultarían peor que la no participación de este grupo.

En segundo lugar y también a nivel técnico, fueron aprobadas normas sobre el financiamiento y mayores atribuciones al Servicio Electoral, recién en el mes de agosto.

Las instituciones si bien lograron coordinarse para ambos proyectos de ley, tuvo como importante consecuencia que, a horas de comenzar el periodo de campaña electoral, recién supiéramos tanto los límites de gasto, así como las facultades que podría tener el organismo que finalmente implementa el plebiscito.

En tercer lugar y ya en el ámbito político, distintos actores en el oficialismo atendieron a las encuestas de opinión pública y al resultado cada vez más abultado de la opción Apruebo, y se han comenzado a inclinar por esta.

Sin duda el hecho político más importante en este ámbito es el llamado de Pablo Longueira a diseñar desde ahora listas a convencionales, entendiendo que la opción Rechazo pondría a su sector en una opción minoritaria, lo que tendría consecuencias para la serie de elecciones, municipales, convencionales, gobernadores regionales, parlamentarias, consejeros regionales y presidencial, presentándose como los denominados perdedores del plebiscito.

Por último, es el escenario que ponen a la oposición el hecho que distintos liderazgos de Chile Vamos comiencen a optar por el Apruebo.

Estos, desde un inicio optaron por el Apruebo, y muchos por la Convención 100% electa, sin embargo, este ímpetu inicial ha comenzado a diluirse debido a la masividad pública por estas opciones, inclusive por quienes pensaron rechazar al principio.

Esto podría agudizarse aún más si la oposición no logra proyectar el trabajo conjunto en una lista única para convencionales. En un ejercicio electoral distinto, optando por dos o más listas, la dispersión de votos podría ser tal que sean ellos quienes se conviertan en el dique de los 2/3, y no sea el oficialismo como siempre se ha pensado.

Distintas variables hacen que no solo sea la estrategia por parte de algunos, sino también la falta de planificación en el diseño de las políticas adecuadas para la implementación del plebiscito, que logren desdramatizar su victoria y perder su relevancia comunicacional.

Dependerá de los partidos políticos e independientes que desean redactar una nueva Constitución, cumplir con dos importantes objetivos: el primero, revitalizar la victoria del Apruebo y lograr las modificaciones necesarias cuando se redacte una nueva Carta Magna, cuestión que se viene apelando hace meses.