El Partido Socialista y el Partido Por la Democracia, desde el inicio de este último escindido de una larga historia del primero, han sido partidos hermanos que han llevado las banderas de la centroizquierda progresista, socialdemócrata y de vanguardia aportando a los éxitos de los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría. Este ideario sigue más vigente y siendo más necesario que nunca, en pos de eso es imprescindible establecer una convergencia de ambas colectividades en un trabajo en conjunto federado a largo plazo.
El PS y el PPD tienen una intensa historia en común, donde hay un elemento que los une definitoriamente que es la doble militancia de Ricardo Lagos Escobar, el primer presidente socialista desde el Presidente Allende, es precisamente a raíz de la impronta de esta convergencia que se articuló un gobierno que transformó Chile de manera impresionante, que a modo meramente ejemplar estableció un plan de garantías universales en salud, rechazó apoyar la invasión militar a Irak, terminó con la censura en Chile, eliminó a los senadores designados, realizó el Informe Valech, aumentó la infraestructura pública, entre muchos otros aspectos positivos.
Esta rica historia conjunta, que ha beneficiado a la historia de ambos partidos, debe ser cuidada y respetada. Y no ser acallada con las críticas oportunistas e interesadas de algunos, que han caído en la conquista del poder vacío de ideas, solo guiándose por el errático oráculo de las encuestas de opinión pública, dejando de lado lo que nos diferencia de nuestros adversarios.
Ricardo Lagos representa la unidad de nuestro mundo, más particularmente una unidad regida por las convicciones programáticas e ideológicas que nos han hecho crecer y marcar nuestra huella. Resultaría en un error histórico el quebrantamiento de este proyecto común con ocasión de que una de las partes decida saltar al vacío de la encuestitis y la apolítica. El advenimiento de una atomización basada en opciones personales o el show mediático, podría llevarnos a situaciones deplorables como las de nuestros símiles en Francia, Grecia o el Reino Unido.
El socialismo, como concepto político amplio, se contrapone de manera elemental a la política de mercado que propugna el populismo de cualquier especie. Es por eso, que para combatir esa realidad mundial se hace necesaria la elección de un liderazgo probado, de reconocida convicción socialdemócrata y el máximo respeto mundial. En un mundo convulsionado por Trump, que amenaza directamente a nuestra patria grande, se hace más necesario que nunca que los socialistas (ya seamos PS o PPD) elijamos a nuestros liderazgos con responsabilidad y visión, no tomando caminos cortoplacistas.
Adicionalmente, resulta necesario señalar, que la esperanza está en NO repetir lo que sucedió con el Presidente Allende en el Comité Central del Partido Socialista del año 1969, donde fue proclamado siendo superado por las abstenciones, con críticas similares a las que hoy le enrostran a Lagos relativas a un supuesto reformismo excesivo y no compartir visiones que podrían considerarse más radicalizadas.
Resulta indispensable, en el proceso actual de nuestra coalición, que tengamos una primaria en donde se enfrenten las ideas de los distintos mundos que componemos este conglomerado político, más allá de encuestas o percepciones públicas. El alineamiento, sin duda, debe ser por pensamiento, historia y objetivos. Siendo el PS y el PPD los llamados a aportar una candidatura sólida, con fuertes convicciones progresistas, posiciones claras y visión de futuro.
Como militante PPD, me siento parte de la historia común y de la rica historia del Partido Socialista. Me siento subido a este Tren de la Victoria Socialista que ha recorrido y aportado mucho a la historia de nuestro país, y que tiene que seguir haciéndolo, y no detenerse en la estación del apoliticismo. Sino que, tomar un maquinista, que ya nos dirigió, y que tiene la capacidad probada de guiarnos por las complejas vías que hoy recorrimos: hacia el destino de la igualdad, la transformación y el progreso.
Esperemos que en el próximo Comité Central del Partido Socialista de Chile, se siga cimentando un proyecto común que se inicie, en este ciclo, con un candidato conjunto a las primarias de nuestra coalición y que continúe con una lista parlamentaria conjunta, programa común y la federación de partidos.
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