La voz del pueblo la voz de Dios. "Si la voz del pueblo verdaderamente fuere la voz de Dios, entonces los hombres y mujeres electas al gobierno, en tiempos modernos seria la elección de Dios. ¿Pero cómo podrían las elecciones ser índices de la voluntad de Dios, cuando la mayoría de las veces el éxito depende de la cantidad de dinero que se gasta, o de quien hace los llamados más fuertes a las pasiones y prejuicios o egoísmos de la gente mediante promesas vanas o inescrupulosas?".
Esto necesariamente es cierto. Al parecer hay mucho paño que cortar, particularmente cuando el resultado del plebiscito de salida fue un contúndete Rechazo, sin discusión, a la propuesta presentada por los y las convencionales electas. En una convocatoria cívica ejemplar orgullo de nuestra incipiente democracia.
La contienda esta vez, entre David y Goliat, contrario sensu, la ganó por paliza el todopoderoso gigante adormecido. Los poderes factico se unieron, con ellos también, sin miramiento alguno, las grandes fortunas que están detrás, financiando desde el primer día la opción de mantener la Constitución del '80. Conveniente a sus particulares intereses.
Los aportes anónimos entregados al 21 de agosto para la campaña del Rechazo fueron 900% más que al Apruebo. Según el informe entregado por el Servel, fue de 810.224.625 pesos (89,5% del total), casi nueve veces más de lo que pudo recaudar el Apruebo: 94.770.630 (10,4%). Una diferencia notable, para influir groseramente en el elector.
Esto es un pequeño reflejo de cómo incide el dinero en la política, distorsionando gravemente la voluntad popular, debilitando la democracia en su esencia. El poder económico se hizo presente, con todo, para mantener sus estatus anacrónicos.
Tan perjudicial, que los Tribunales de Justicia han sancionado a varios "candidatos" corruptos, que recibieron aportes ilegales para financiar sus onerosas campañas políticas a cambio de leyes que beneficiaran a los dadivosos empresarios. Aunque sólo fuera el "raspado de la olla", al decir de uno de ellos, para ser electos.
Como usted puede ver, en todas partes se cuecen habas y en Chile también. Y cuando logran formalizar o condenar a los impuros de Dios, simplemente las penas por sus pecados son asistir un semestre a clases de ética, escogiendo la universidad, de la cual son sus financistas.
Vox populi, vox dei; que hoy por hoy está sujeta a los recursos. La radio, prensa y televisión son los manipuladores por excelencia. Unido a la tecnología de internet o WhatsApp: pasto para las fake news, campañas del terror, la amenaza directa, la mentira sibilina, acompañada por la violencia desatada y el narcotráfico imperante, con una crisis económica galopante y la peor pandemia sufrida en las últimas décadas.
Una maldita herencia la que hemos recibido del gobierno anterior, de la que nadie se responsabiliza, menos se hace cargo. "El miedo nos gobierna, esa es una de las herramientas de las que se valen los poderosos, la otra es la ignorancia", dice Eduardo Galeano, desde el rincón de su sabiduría, al señalar que debemos entender que avanzar hacia una sociedad más justa es una tarea muy difícil.
La lucha es infinita, no acaba, aun si hubiese ganado mi opción -el Apruebo-, esto recién comienza. En efecto, la esclavitud no se terminó de un día para otro, la sumisión aún persiste, sólo que hoy en día es con medios y con capataces más sutiles; y entonces el compromiso es permanente. Levántate, sacúdete el polvo de la derrota y reconoce que la contienda es desigual. Así comprenderás que eres y serás más valioso que nunca, porque somos personas dueño de nuestro destino.
En rigor, no me siento "descorazonado", sí preocupado por los verdaderamente perdedores. Lo sensato es asumir que los miles de jubilados seguirán con sus pensiones de miseria, los enfermos postergados en crecientes listas de espera, los estudiantes discriminados por una educación clasista y elitista, los pobladores y vecinos que habitan las zonas de sacrificio continuarán con la basura tóxica y el humo penetrante hasta el cuello, los endeudados en UF, las mujeres que claman por equidad, los abusados por las isapres, los especuladores, usureros de la banca, los marginados pueblos originarios. Por ellos y tantos otros, me angustio.
Lo patético y paradojal que resulta todo esto es que muchos de los perdedores referidos votaron Rechazo, celebrando junto a los verdaderos ganadores. Los únicos, los de siempre, los dueños de los derechos de agua, las siete familias favorecidas por la truculenta ley de pesca, las grandes corporaciones mineras, las forestales, las trasnacionales, los políticos corruptos, vendidos al capital. Las mismas elites privilegiadas de siempre, que lo controlan todo.
Me entristece que continuaremos con la Constitución de Pinochet, la que ha mantenido por cerca de medio siglo dividido a las y los chilenos, entre buenos y malos, entre amigos y enemigos, una sociedad partida en dos. Y como país no tuvimos la valentía moral de intentar el cambio pacíficamente para darle una oportunidad a la ansiada paz. Unir a la nación es una tarea imprescindible.
La oferta de una nueva Constitución, solidaria, ecologista, regionalista, paritaria, feminista, democrática, de justicia, donde el estado de derecho social es su principal objetivo fue abortada por la oligarquía de siempre, mucho antes de nacer.
Pena existe, será breve y el arte es largo, como largo y ancho es mi querido Chile, la golpeada esperanza se recuperará, es tenaz y renace desde las cenizas: Nunca estuve por el triunfalismo, por el placer egoísta de ganar, por algún mezquino cálculo electoral oportunista, o por acomodarme según las encuestas. Opté por el Apruebo porque sabía que era el lado correcto, por una convicción ética, porque sentí que era lo debido, para estar conforme con mi conciencia, dormir tranquilo, mirar a los ojos de mis hijos y nietos, sin tener que avergonzarme de nada el día de mañana.
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