Ley de Presupuesto, seguimos apostando al diálogo

Después del Plebiscito Constitucional, el Presidente buscó tomar las riendas y no dejar espacio para la instalación del llamado Síndrome del Pato Cojo. Para muchos, ese temido escenario decantó en la renuncia de Víctor Pérez como ministro del Interior. Pero soy de la idea que éste se arrastra con el fracaso que ha sido para el Oficialismo la tarea de mantener la carrera presidencial al margen y otros factores.  

Porque más que un síntoma doméstico y estacional, hoy podemos encontrar todas las variables para un eventual desgobierno, y creo que la crisis por la que atraviesa la actual administración es más que un desgaste en su agenda: es la desvalorización del rol del Estado y el menoscabo al diálogo político. 

Esos ingredientes han sido la tónica en la estrategia de Hacienda para plantear la tramitación del Presupuesto2021, lo que se acentuó luego que nos viéramos en la necesidad de rechazar las partidas del Tesoro Público.   

Pues bien, fueron semanas de exponer prioridades - no de nuestro sector, sino de carácter nacional - para una mejor distribución de los fondos fiscales, a sabiendas del alto endeudamiento fiscal y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia.

Es de perogrullo que este escenario demanda una efectiva inversión pública, pero el punto de inicio de la Dirección de Presupuesto no fue otra cosa que un toreo a través de los medios, esgrimiendo que la Oposición está en contra de lo que el gobierno etiquetó como el Presupuesto pro empleo.

Esto es más que instalar una idea fuerza para el horario prime, se trata de un trabajo conjunto entre dos poderes del Estado que buscan un equilibrio en el destino de las arcas fiscales. El gobierno se puso en una situación de intransigencia al exigir la retractación de un proceso netamente legislativo… ello va más allá de su potestad.

Las familias nos miran, sí, pero ojo que, con su apuesta, el gobierno no hace otra cosa que desinformar a la ciudadanía y eso es lo grave, jugar con la institucionalidad. Pudimos golpear la mesa como muchos quisieron de seguro al primer impulso, haciendo notar que el Ejecutivo estaba sobrepasando sus atribuciones, pero optamos por el diálogo.

Y fue justamente el rechazo a las partidas de Tesoro público lo que nos ha permitido un nivel de avance con el Ejecutivo, modificar de manera importante el Presupuesto con los énfasis necesarios. Con un trabajo de orden político y técnico entre los integrantes de la Comisión Mixta y el Ejecutivo.

Vamos a seguir insistiendo lo que sea necesario para dejar establecidos criterios que permitan ir despachando las partidas con un acuerdo más amplio desde la prioridad nuestra: reactivación económica, generación de empleo, protección de las personas para poder enfrentar bien la emergencia sanitaria, como elementos claves. Nos ocupa la eficiente inversión pública donde se alojan además la ejecución de procesos país como la descentralización por la vía de recursos para los gobiernos regionales. Además, fortalecer el Instituto de Derechos Humanos, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y por cierto, mejorar el acceso al crédito a las pymes. Fortalecer la educación, y salud pública, entre otros temas.

Todos los presupuestos son complejos, éste por cierto que es inédito, pero deben tener un sello, y como Oposición nos ocupa que el primer objetivo sea el cuidado de las familias, las personas y junto con eso, la reactivación de la economía que permita generar actividad para enfrentar el grave desempleo. En eso no nos perdemos.

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