Los Iluminados

Una de las experiencias que marcarán mi vida será mi participación como observador del proceso Constituyente, y es que no quiero sonar repetitivo, pero a mi edad, estos espacios han hecho que mantenga el “cable a tierra”, que me vuelva a conectar con esa realidad que muchas veces tergiversamos por vernos influidos por diferentes factores.

Siempre se dice que los chilenos somos “mecha corta”, que nos enojamos a la primera y reaccionamos mal ante la mínima provocación u opinión diferente. Pero los encuentros que he tenido que observar me han tapado la boca, ya que me he percatado que cuando tenemos una causa en común prolifera el diálogo y no existen las descalificaciones.

Como observador del proceso Constituyente, me agrada compartir algunas experiencias de carácter positivo que me ha tocado enfrentar. Con esto no pretendo “convencer” a quienes dudan de su validez, pero sí demostrar que en estos espacios sí se da la participación de la que tanto se duda.

Hace pocos días estuve en un establecimiento educacional en el que se realizaron aproximadamente 14 sesiones de conversación y no puedo negar que me impresionó el modo activo en el que todos sus representantes  participaron.

El Centro de Padres, el Centro de Alumnos, docentes y funcionarios, demostraron a través de sus posturas que pese a las diferencias generacionales, todos  somos capaces de buscar puntos de encuentro cuando se trabaja por un bien colectivo.

Otro aspecto que deseo destacar, es la importancia que le dan a los encuentros locales las personas de la tercera edad, pues muchos pensarán que al encontrarse en ese periodo de la vida estos habrán perdido su “esperanza”, sus ganas de cambiar las cosas, pero no, ellos son quienes más se manifiestan, otorgando posturas cargadas de sabiduría y de historia.

Ahora, no puedo hacerme “el loco” y pasar por alto las críticas de algunos abogados sobre los encuentros locales. Sin ánimo de ofender, me llama la atención la posición de “iluminados” que adoptan algunos de ellos, quienes con sus argumentos quitan validez a este proceso al pretender ser dueños y constructores únicos de la nueva Constitución.

Debe quedar claro que si queremos cambiar el sistema vigente partamos por dejar en claro que esta se construye con la participación de todos, no sólo con la voz de quienes poseen conocimientos avanzados en estas materias.

Efectivamente la mayor parte de nosotros, y me incluyo, no conoce en detalle la Constitución, pero si hay algo que la mayoría tiene claro, es que se tiene el pleno derecho  a opinar en materias de equidad, igualdad, multi culturalidad, descentralización, distribución del poder económico, político y social.

Está en nuestro ADN la capacidad para decidir, elegir, por eso la importancia de poder participar, pues estos encuentros son la clave para empezar a cambiar las cosas de buen modo.

Como mencioné anteriormente, muchos “Iluminados”, perdón, abogados, criticaron la génesis de la idea, por lo mismo, decidí resolver esta interrogante a través de Twitter. No me critiquen antes de seguir leyendo, sé que quienes interactúan en esta plataforma no son dueños de la verdad, pero por lo menos me permitió tener un pequeño acercamiento con respecto a lo que algunos ciudadanos piensan respecto al tema en cuestión.

Por ello, pedí  que aquellos que hubieran participado de un encuentro Local, me comentaran su experiencia, buena o mala, a través de la red.

Fueron miles las respuestas que obtuve -y no exagero al decir esto- y lo mejor para mi favor, la mayoría agradecía la oportunidad de ser considerados en espacios que muy pocas veces se dan cuando se toman decisiones o se generan cambios que involucran a todo un país.

Muchas veces se habla sobre el descontento social, pero no me cabe duda, que la clave para acabar con esto radica en sentarse a conversar, en generar mesas de trabajo y espacios de diálogo, pues estas circunstancias revelan que necesitamos más de este tipo de iniciativas.

Detengamos esa mala costumbre de “enviar  indirectas” o arreglar las cosas mediante disparos a través de la prensa, pues lo importante es hacer cambios sustanciales por el bien de nuestro país.

Las insatisfacciones no se demuestran no yendo a votar o “cortando” relaciones, pues si queremos modificar algo, partamos por proponer, pues muchos opinan y muy pocos realmente son entes activos de cambio y pese a que me gusta la dinámica que se genera en las redes sociales, no basta con “presionar Enter” para sentirnos partícipes ante un tema.

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