La gestión de la ministra Izkia Siches en la macrozona sur ha sido errónea, insuficiente e inocua. Cuestión que se pudo presagiar al observar la soberbia con la que asumió su cargo. Tan solo 4 días después de haber arribado a La Moneda pensó que sería recibida como una apóstol en la comunidad de Temucuicui. Acompañada del padre de Camilo Catrillanca, la ministra pretendía casi ser una paloma de la paz con la rama de olivo, pero los balazos con los que fue recibida tenían un claro mensaje que espantó a esa blanca paloma.
Hay que reconocer que el conflicto mapuche no nace ahora, ni con el gobierno anterior o el anterior a ese, y cada administración gestionó el conflicto pasando por distintos momentos de la relación. El problema es que el conflicto mutó y hubo una escalada de violencia que fue cobrando cada vez más víctimas, generando un contexto de poca gobernanza y control territorial, oportunidad que aprovechó el narco y se posicionó en la zona.
En 2016, en la comunidad de Temucuicui, el actual Presidente y en ese entonces diputado Boric se reunió con la familia Huenchullán, clan que integra Jorge Huenchullán, quien se encuentra prófugo y es buscado por delitos consumados de tráfico de drogas, tenencia ilegal de armas de fuego y municiones. Ahora que el Presidente impulsará la prohibición de tenencia de armas, dejando aún más desprotegidas a las víctimas ¿le irá a pedir a su amigo el armamento militar con el cual enfrenta a Carabineros y al Ejército? Yo le aseguro que no.
A diferencia de Juan Segundo Catril, Manuel Huenupil y todas las víctimas fatales de los atentados terroristas en La Araucanía, la ministra Siches sobrevivió para contarlo y en su rol como ministra de Estado, obligada a denunciar los delitos de los que tuviese conocimiento, titubeó y no presentó querella alguna. Catril y Huenupil son dos víctimas fatales, pero no por estar en el lugar equivocado, sino de que la encargada de velar por la seguridad del país no lo hiciera.
El Gobierno le falla todos los días a la ciudadanía de la macrozona sur. Las rutas están controladas por los violentistas, la gente debe encerrarse durante la noche, los organismos estatales no tienen acceso a la zona y las autoridades de La Moneda no arremeten con toda la fuerza y las garantías que poseen para actuar.
El Congreso, dentro de sus facultades democráticas, debe exigirle al Presidente Gabriel Boric que remueva a la titular de Interior e instale a la persona más idónea, competente, dispuesta a decidir y a actuar. La ministra Siches ha demostrado no estar la altura del cargo y debe ser destituida por toda la responsabilidad que en ella pesa ante los fracasos de su gestión.
Esto no se trata de debilitar a la actual administración, es todo lo contrario. Necesitamos fortalecer la institucionalidad y la soberanía en La Araucanía, y eso parte por eliminar la incompetencia. La acusación constitucional va, por que Chile necesita y quiere seguridad.
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