Nuestro verano se ha teñido de dolor y preocupación por las terribles imágenes que hemos podido ver por televisión y que otros han presenciado de muy cerca. La destrucción que han dejado a su paso los incendios forestales en Biobío, Ñuble y La Araucanía ha traído dolor y tragedia a muchas familias chilenas.
Sabiendo lo intrínsecamente morboso que implica analizar al gobierno en el manejo de una crisis, en la mitad de la emergencia y la necesidad de ayuda y acudir con la mayor eficiencia humanamente posible. Sobre todo, este análisis era inevitable para un gobierno que ha demostrado tanta flaqueza en el ejercicio del poder y gestión pública. Esta crisis, además ponía a prueba el debut de Sinapred, heredera de la extinta Onemi.
Quitándole el morbo al análisis, si vale la pena, declarar un triunfador o un capitalizador, y son nuestras instituciones.
Chile es una democracia resiliente, a lo largo de los años ha superado crisis sociales y políticas, y para qué decir su capacidad de reacción frente a los desastres naturales, que tanto en tanto nos afectan, como un terremoto, o una erupción volcánica. La pregunta clave es: ¿Cómo es eso posible?
No existe un país perfecto y todas las naciones tienen defectos o deudas pendientes, pero también fortalezas, y una de las nuestras es justamente la capacidad de conducir nuestras crisis por una vía institucional. Bajo el manto trasnochado del estallido social se puso de manera injusta en tela de juicio a nuestras instituciones, vale recordar como las actuales autoridades llamaban a la refundación de Carabineros, negaron apoyo a Bomberos y en su franja electoral pedían que los "milicos se vayan al cuartel".
El Presidente Gabriel Boric recibió golpes de realidad durante todo el año 2022, deshaciendo todo ese dogma y moralina de izquierda, obligándolo a pensar y actuar como cualquier ciudadano de a pie, buena parte de la explicación de su baja popularidad tiene que ver con la incapacidad de empatizar con esa necesidades, pero también ese golpe de realidad, le ha obligado a valorar el músculo operacional que tienen nuestras instituciones.
El Gabriel Boric versión 2023 se emociona con el sacrificio de los bomberos, por la entrega de carabineros y detectives, la brillante capacidad operacional de las FF.AA, una versión tan distante del Gabriel Boric que denostaba simplonamente la labor pública de estas instituciones.
Las personas pasan y las instituciones quedan, un viejo pero muy válido adagio, que se aplica de tanto en vez en nuestro país. Nuestra nación tiene una enorme capacidad de reacción, aunque estaremos de acuerdo, que no tanto en la prevención, pero aún así, las instituciones chilena funcionan en una alta ética de servicio y es de justicia reconocerla y valorarla, nuestras policías, nuestras FF.AA. y nuestros equipos de emergencia, tienen un prestigio muy bien ganado y revalidado en cada una de las catástrofes naturales donde se les ha requerido. Cuidémoslas entre todos.
Y sobre lo dicho alguna vez, Boric, Jackson, Vallejo & cía. declararon en contra nuestras instituciones, dejémoslo como el nombre del disco de Sui Generis: "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones".
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado