Una reflexión de fin de semana largo

Uno debe  recordar como la derecha nos bloqueaba todos los proyectos, con su mayoría de senadores designados, sus Leyes Orgánicas Constitucionales, sus 2/3 para reformas constitucionales, sus medios de comunicación, la arrogancia de sus asociaciones empresariales... la lista es enorme.  

Y ahora se esconden diciendo que esto es responsabilidad de todos. Se opusieron a los cambios mientras gobernó la centro izquierda y trataron  de volver atrás cuando gobernaron ellos. 

Hay que dejarlo claro. Y estar atentos, pues en su ADN tratarán ahora de hacer lo mismo,  y con pocas reformas seguir navegando.  

Usar el orden que todos queremos para menospreciar las demandas ciudadanas, esenciales para impulsar el cambio que requerimos.

Necesitamos cambios mucho  mayores que los que este gobierno parece dispuesto a asumir. L

os cambios mayores  deben plasmarse en un proceso amplio de participación  para articular un nuevo pacto político, con estandares sociales básicos garantizados,  para convivir y progresar en las próximas décadas. Ese es el propósito de elaborar con la gente una nueva Constitución en Democracia.  

La nueva Constitución es el eje. Cuando dice la derecha que nadie se interesa en ella es lo mismo que decían respecto de los derechos humanos. 

Una cosa es apuntalar la institucionalidad, a la cual debemos concurrir,  y otra es aceptar un programa incapaz de encarar esta crisis.

Y la oposición debe prepararse para gobernar, elaborar políticas nuevas, dialogar con las organizaciones para representarlas, unirse para las próximas elecciones. Y ganar. Es posible.

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