Brexit, consecuencias para Chile

Andrés Rebolledo Smitmans

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Finalmente el Reino Unido (RU) deja la Unión Europea, se activa el BREXIT y comienza su proceso de salida. Lo que comenzó como un intento de pulso político que el ex Primer Ministro Cameron quizo hacer con sus camaradas conservadores euroecépticos el año 2016, concluye con este paso, que constituye el primer retroceso histórico en la membresía del bloque. 

El BREXIT gana en un Referendum lleno de noticias falsas y apatía de los jóvenes británicos que pareciera no sopesaron lo que estaba en juego y solo con el hecho consumado encienden las alarmas de los efectos de salir de la UE.

Es una mala noticia para quienes creemos que la colaboración es la receta para avanzar y va exactamente en sentido inverso de lo que requiere hoy la humanidad, acciones colectivas para desafíos globales.

Es un retroceso para la UE que representa el proyecto de integración económica y política más exitoso de la historia. 

Resta negociar los términos específicos de esta salida, por lo que la negociación con Bruselas sigue abierta, lo que implica un escenario aún de incertidumbre lo que no es bienvenido en un momento complejo y frágil de la economía internacional con los consecuentes efectos que esto pueda tener para Chile. 

RU es la quinta economía del mundo y nuestro país tiene un Acuerdo de Asociación (AA) vigente desde el año 2003 con la UE. En ese marco, el comercio y las inversiones con ese país gozan de condiciones preferenciales que le han dado un impulso a esta relación bilateral. El comercio bilateral han aumentado significativamente en este período e Inglaterra es el sexto inversor extranjero en Chile con un stock de casi US$ 9.000 millones. 

Aunque el RU explica solo el 1% de nuestro comercio exterior (8% de la UE) y es nuestro destino número 20, exportamos 476 productos a través de 618 empresas, de cuales 30% son Pymes.

Además, RU es el tercer mercado para nuestros vinos en el mundo, es un destino muy importante para nuestras frutas, carne y otros rubros agroindustriales, y le compramos automóviles, petróleo, whisky y  medicamentos. 

Es por ello que Chile se adelantó a este proceso del BREXIT y negoció un acuerdo bilateral que fue aprobado por nuestro Parlamento el año 2019.

Este acuerdo tiene como objetivo resguardar y preservar las ventajas que nuestros exportadores hoy ya gozan en el mercado inglés en el marco del acuerdo con la UE, evitando con ello perder competitividad en ese mercado. Hoy más del 90% de las exportaciones chilenas al RU ingresan a ese mercado sin pagar aranceles. 

RU acordó un periodo transitorio con la UE hasta el 31.12.20 en que será tratado como un Estado Miembro por lo que nuestra relación comercial seguirá siendo regida por el AA hasta esa fecha, luego de cual debiera entrar en vigencia este acuerdo bilateral

Este acuerdo bilateral incluye además una cláusula evolutiva que permitirá en el futuro profundizar las condiciones originalmente negociadas. Esto es un oportunidad para Chile, pues por esta vía se podrá seguir abriendo ese mercado para nuestras exportaciones e incluir nuevos temas muy relevantes en la actual economía, como es el comercio electrónico y nuevas áreas normativas vinculadas con la sostenibilidad y el cambio climático. 

Es decir, dada la experiencia en la actual renegociación de nuestro acuerdo con la UE que ha sido lenta, compleja y no hemos alcanzado mejores condiciones para nuestras exportaciones, es probable que esta vía bilateral sea un oportunidad para avanzar relativamente más rápido. 

No obstante lo anterior, y dado que uno de los temas centrales de los pro–BREXIT es avanzar en medidas de mayor control y restricción a la inmigración, un asunto al que debemos prestar atención será las condiciones que RU establezca para el ingreso de ciudadanos de terceros país y como eso pudiera afectarnos. Hoy los chilenos no requerimos visa para ingresar a ese país y esa condición debemos procurar se mantenga.