Con "clave"

Los cónclaves, hasta el papa Benedicto XVI, se llevaron a cabo en una iglesia que unía el cuerpo místico de Cristo con la institución político-administrativa, eso era la normalidad. Después, en época de la impostura religiosa, el cuerpo místico de Cristo ya no está presente. La impostura religiosa ejecuta la gran apostasía, anunciada por las escrituras que es la negación de la palabra, utiliza la institución político-administrativa para anunciar un discurso acorde con el mundo, ya no está presente la iglesia de la promesa.

La impostura religiosa, definida por el canon 675 del Catecismo de la Iglesia Católica, es el necesario trago amargo de la pasión de la iglesia, una prueba de fe, porque prepara un camino alejado de la cruz de Cristo, sino según una cruz, cuya ausencia de Cristo, engaña a los fieles con un falso pastor.

A pesar de la impostura religiosa, la santa iglesia católica -como remanente fiel-nunca está sola, si bien ya no cuenta con la institucionalidad, cuenta con la guía del espíritu santo y prevalecerá ante las puertas del infierno y cuya reina es la santísima Virgen María, reina del cielo y de la tierra.

En consecuencia, es muy probable que el próximo conclave debería seguir el camino de la impostura religiosa o bien expresar la preparación final de su propósito: el falso profeta o bestia de la tierra. Para la iglesia fiel, la oración, el arrepentimiento y la penitencia, es vital para gozar de una dichosa esperanza.

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