Cirugías en adolescentes, del colegio al quirófano

No piden ropa ni juguetes para su cumpleaños, sino una cirugía que las conviertan en verdaderas muñecas. Es el nuevo perfil de las adolescentes de hoy. Niñas que desean ser mujer antes de tiempo con ayuda del bisturí, en busca de un cambio de imagen corporal o facial para lucir como Kardashian.

Cuando el doctor norteamericano, Simon S. Ourian, reveló las múltiples cirugías estéticas que le realizó a la modelo Kylie Jenner, siendo ésta aún menor de edad, se dio a conocer una tendencia peligrosa y que pone en riesgo a cientos de jovencitas obsesionadas con su apariencia. Es que el caso de la menor de las Kardashian no es aislado.

Según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), fueron más de 170 mil los menores de 18 años que se realizaron un procedimiento estético durante 2015. Entre las operaciones y procedimientos más comunes destacan el aumento mamario (45.116), liposucción (32.494), rinoplastia (55.064), toxina botulínica (29.155) y reducción de grasa no invasiva (10.633).

Panorama que se repite en nuestro país, donde pasar del colegio al quirófano se está haciendo cada vez más habitual. En nuestras consultas es cada vez más común ver a niñas de entre 13 y 17 años, acompañadas por sus padres o algún familiar, quienes llegan a la consulta con una imagen preconcebida de cómo quieren lucir. Incluso, traen consigo fotos de famosas, ya que desean labios, mamas y  glúteos voluminosos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es imposible conseguir estos resultados, ya que no se adecúan a las características propias del cuerpo de la paciente.

Es justamente aquí cuando estas adolescentes inician su peregrinaje hacia el mercado negro de las cirugías plásticas, en búsqueda de quien les realice lo que quieren. Sin importar si está especializado o el recinto se encuentra autorizado, haciendo caso omiso a todos los riesgos que conlleva una operación.

En nuestro país, los médicos sin especialización y recintos no autorizados tienen el escenario preciso para realizar cirugías cosméticas y lucrar con la vida de las jóvenes. De hecho, en el Norte es común ver avisos de clínicas que ofrecen descuentos y promociones por operar en grupo. Incluso hay algunos recintos donde se arriendan pabellones durante fines de semanas a médicos extranjeros -generalmente provenientes de Argentina y Brasil- que realizan "cirugías exprés", dejando a sus pacientes solas en el pos operatorio y evadiendo toda responsabilidad si algo sale mal.

Un panorama complejo y que demuestra la importancia de regular el área y quiénes pueden ejercer la profesión. Actualmente no existe una ley de especialidades que prohíba a médicos sin especialización actuar como un cirujano plástico. Menos las hay para los centros donde se llevan a cabo las operaciones. Es preciso que las autoridades correspondientes se hagan parte de este problema, para que, en conjunto, podamos asegurar a todos los chilenos que estarán en las manos correctas al realizarse una cirugía plástica, tanto estética como reconstructiva.

Para titularse como Cirujano Plástico se deben cursar siete años de Medicina, luego tres años de especialización en Cirugía General y realizar posteriormente una subespecialización en Cirugía Plástica Reparadora y Estética como especialista.

La Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (CONACEM) y la Superintendencia de Salud también certifican quienes son realmente cirujanos plásticos y sólo los especialistas pueden postular a ser miembro de la  Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP).

Es importante que los padres estén pendientes de lo que desean realizarse sus hijos. Toda cirugía necesitará de su aprobación previa y una evaluación exhaustiva del cirujano plástico. Hay procedimientos que se deben realizar una vez que el cuerpo se ha desarrollado por completo o que requerirán observación hasta que las adolescentes cumplan los 18 años. Conocer los riesgos que conlleva la operación, escoger un profesional certificado y un  recinto acreditado son los puntos que debieran considerar.

Las cirugías plásticas en adolescentes seguirán siendo una tendencia, mientras no se regule en la materia. No importa si es en Chile, Colombia, México o Brasil, los cirujanos seguiremos viendo a escolares inocentes que desean tener a toda costa un rostro y cuerpo símil al de una Kylie Jenner. Aún si eso pone sus vidas en peligro o los lleva directo a la muerte. 

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