Vómitos y diarrea, son algunos de los síntomas típicos de una intoxicación alimentaria, las que son mucho más frecuentes en este periodo de Fiestas Patrias, dado por la preparación y consumo de alimentos en condiciones menos controladas.
El gran problema de este tipo de enfermedades transmitidas por aquello que consumimos, es que los microrganismos patógenos que se encuentran en las comidas generalmente no los podemos detectar. O sea, un alimento contaminado no tendrá una apariencia, color, sabor y aroma que nos haga sospechar que se encuentra contaminado.
En Chile en la última década el número de brotes por intoxicaciones alimentarias se ha mantenido más o menos constante, con un promedio de alrededor de 1.000 al año, con unas 200 hospitalizaciones en promedio.
Sin embargo, hay que considerar que esos son los brotes informados, ya que muchos de los casos menos graves no son reportados y tampoco se hace una pesquisa adecuada para identificar el agente etiológico responsable (que microorganismo la ha causado).
Si bien en los últimos años los estándares higiénicos en la producción de alimentos han subido en forma considerable, la aparición de nuevos microorganismos patógenos (patógenos emergentes), sumado a fallas en los sistemas de inocuidad alimentaria por malas prácticas y acciones voluntarias con el objetivo de engañar al consumidor, han mantenido a las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETAs) como un tópico en el cual hay que trabajar con respecto a la salud pública.
La reaparición del cólera, y los últimos casos de triquinosis en el sur, una especie de gusano que sobrevive en carnes mal cocidas, nos recuerdan los peligros asociados al consumo de alimentos en Fiestas Patrias. Donde carnes de procedencia dudosa, mala manipulación de alimentos, pueden poner en riesgo a usted y su familia.
¿Qué hacemos entonces?, el consejo es ser preventivos y no relajarnos porque creemos que los estándares higiénicos han aumentado. Es importante fijarse en que se mantenga la cadena de frio de nuestros alimentos, y segregarlos adecuadamente (usar bolsas individuales o potes plásticos para almacenarlos).
Además, evitar la contaminación cruzada, principalmente en alimentos que no serán cocinados, frutas y verduras. Mantenerlos separados, usar utensilios diferentes o muy bien lavados.
Por otro lado, es muy importante el lavado adecuado de manos, el uso de alcohol gel o guantes no reemplaza el lavado de manos, así evitamos el cólera u otro tipo de intoxicaciones.
Hay que desinfectar utensilios, mesas, usar solo agua potable para preparar alimentos y lavar utensilios con cloro.
Chequear la frescura de alimentos, principalmente los de origen marino, y evitar comer mariscos crudos. Manejar en forma adecuada los residuos, en recipientes cerrados, lejos de la zona de manipulación y consumo, mantener alejados vectores como moscas y roedores y, por sobre todo, adquirir los alimentos en lugares establecidos y cocinarlos adecuadamente. Animales faenados en lugares no establecidos pueden ser riesgosos.
En el caso de comprar alimentos, y/o consumirlos fuera de casa es mucho más complicado. Debido a que tenemos menos control y posibilidad de chequear la idoneidad de los productos y los procedimientos de manipulación.
Así que la mayoría de la información con la que contamos será del tipo visual, por lo que tenemos que tener especial cuidado en elegir lugares establecidos (autorización sanitaria) y observar las condiciones higiénicas del establecimiento para realizar nuestra elección (preferir lugares donde se pueda ver como éstos son preparados).
Evitar consumir alimentos riesgosos, o que sospechemos no han sido manejados adecuadamente, como mayonesas expuestas al calor, mariscos, etc., principalmente aquellos en los cuales sospechemos que la cadena de frío no ha sido resguardada, deben ser almacenados a temperaturas inferiores a los 5°C, o productos cocinados que no han sido mantenidos los suficientemente calientes (sobre los 65°C).
Evitar comer en carritos, o en lugares donde no exista posibilidad para el manipulador de lavarse las manos o realizar un correcto manejo adecuado de los alimentos y preferir los alimentos bien cocidos, envasados, o con menor grado de manipulación.
La naturaleza de estos microorganismos es muy variada, pudiéndose tratar de virus, bacterias, hongos, hasta organismos más grandes como gusanos parásitos. Por lo que el riesgo dependerá de muchos factores, como el tipo de producto, origen, manipulación, entre otros.
Si sospecha de sufrir alguna intoxicación alimentaria, diríjase al centro de salud más cercano. Evite manipular alimentos, destine utensilios exclusivos y desinféctelos adecuadamente (use cloro).
Sea aún más cuidadoso con niños, ancianos, personas con el sistema inmune deprimido, ya que los síntomas pueden ser mucho más severos en ese tipo de personas, agravándolos al extremo que en algunos casos puede producir la muerte o “aguarnos” las Fiestas Patrias.
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