En nuestro país la diabetes es un drama silencioso, una enfermedad crónica que puede llegar a alterar gravemente órganos como el corazón, riñones, ojos y también vasos sanguíneos y nervios. Dos de sus efectos más dañinos son la amputación de extremidades por “pie diabético” y la ceguera por retinopatía diabética.
En el caso del pie diabético, que en nuestro país afecta a más de 10.000 personas cada año, con el alto costo que esto tiene para las familias y para la calidad de vida de nuestros enfermos, la sobrevida de quienes sufren la amputación, en más del 50% de los casos, no supera los 5 años.
Según la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF), Chile es el país con mayor prevalencia de diabetes en América del Sur, se estima que en nuestro país hay 1.513.410 personas con diabetes y que más del 12% de la población adulta la padece.
Por consiguiente, se espera que el año 2035 el número de personas con diabetes se habrá incrementado a 1.840.700. Estimaciones conservadoras indican que cada cinco minutos una persona desarrolla diabetes y que cada una hora una persona muere a causa de ella.
La CIF señala, además, que una de las principales causas del aumento de la diabetes en la población chilena es la obesidad, que hoy afecta a más del 22 % de nuestros adultos con el triste record de ostentar el sexto lugar mundial en obesidad infantil y el primero, en América Latina. Por lo mismo, el 70% de los niños podría convertirse en obeso en poco tiempo más.
Por esta razón, es fundamental la prevención primaria y cuidado comunitario para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes. Sin embargo, una vez detectada la enfermedad es necesario el auto control mediante el uso de un glucómetro.
Lamentablemente, el valor de dicho implemento es inalcanzable para la gran mayoría de los chilenos. Este dispositivo actualmente puede llegar a costar entre $ 24.000 y $ 30.000 y las cien tiras para realizar la medición, con sus lancetas, pueden oscilar entre $ 55.000 y $ 100.000, dependiendo de la marca y cadena de distribución.
El drama sigue siendo aún mayor, cuando se trata de la cobertura desde el nivel central. Por ejemplo, en nuestro CESFAM Dr. Juan Petrinovic, que alberga una población de 1.800 pacientes con Diabetes Mellitus II (DMII) y que están bajo control, esto sin contar las cifras negras correspondientes a quienes tienen la enfermedad y ni siquiera han sido diagnosticados, 469 son insulino requirentes y deben utilizar glucómetros para su autocontrol.
Pero dado los recursos entregados por el servicio de salud Metropolitano norte, sólo 94 pacientes pueden acceder a un glucómetro con tan solo 10 tiras reactivas cada diez días, para un control diario, muy por debajo de lo que recomienda la OMS con un control de 3 veces al día, en ayuno, antes de almorzar y por la tarde.
De la misma manera, en el CESFAM Quinta Bella, el número de diabéticos bajo control son 1785, de los cuales 486 son insulino requirentes y solo tenemos 20 glucómetros disponibles que es lo que nos alcanza con los fondos centrales.
Así las cosas casi el 90 % de los pacientes que lo requieren, no tienen acceso a el y el Estado Central, simplemente, parece no haberse enterado.
Hoy, con orgullo puedo informar que la Asociación Chilena de Farmacias Populares ha importado todos los implementos antes mencionados con valores cercanos a los $ 3.000 en el caso de los glucómetros y los $ 17.000 las cien tiras con sus lancetas, considerando tres mediciones diarias, de tal manera de acercar a todo aquel que lo necesite, la posibilidad de auto controlarse de manera sistemática para evitar los episodios de crisis que son el inicio de un deterioro que puede llevar a la amputación y a la muerte.
Estos implementos estarán disponibles en la Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp), a partir de marzo para todos los asociados que deseen adquirirlos.
De esta manera, estamos dando un paso hacia la masificación del cuidado y el autocontrol a un precio justo, gracias al convenio firmado - hace poco más de un año - con BioCubaFarma, grupo de empresas dedicadas a la biotecnología en Cuba.
Este paso es una nueva contribución a acercar el derecho a la salud a todos quienes habitan en nuestras comunas, con miras a fortalecer la Achifarp y sumar fuerzas para aquello, no solo para reducir los precios en los medicamentos e insumos, sino también entender, de verdad, que la salud es un derecho para todos y que debe ser garantizada en cada territorio comunal.
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