En mayo del 2018 celebramos la incorporación en la agenda de género del Gobierno de una solución para la discriminación que se hace a las mujeres en edad fértil, al momento de adscribirlas a un plan de salud en una Institución de Salud Previsional, Isapre. Tal decisión se materializó finalmente en abril de este año con la eliminación de diferencias de precio por este factor en una tabla única de riesgos, donde la tarificación se mueve ahora sólo en función de la variable edad, según nos hemos enterado por la prensa. Esto se realizó producto de una disposición de la Superintendencia de Salud que no requirió de modificaciones legales, sólo de una “circular” del organismo.
Las Isapre, como bien se sabe, forman parte del sistema de seguridad social de la salud en Chile, pues las personas pueden y deben usar el 7% de sus remuneraciones, cuyo destino obligatorio es la salud, al financiamiento del plan que les es provisto por aquellas entidades.
Superado el espanto de que sean los hombres y las mujeres en edad no fértil quienes deban concurrir a financiar la solución del problema, el asunto ya está rodando y con resultados apreciables en los costos de los planes para las mujeres - se habla de 45 mil pesos menos en promedio - en la suscripción de planes, que han crecido en las mujeres, en cambios de planes de las mismas para obtener una mejor cobertura, en incremento de precios de los planes en jóvenes de sexo masculino, etc. Es decir, hay movimiento.
Para no ser menos, he aquí una preocupación principal. El Presidente Piñera conformó en su primer gobierno una Comisión de Financiamiento de la Salud, en respuesta a un fallo del Tribunal Constitucional que ponía en tela de juicio el uso de la tarificación por riesgo en la seguridad social, fallo que a falta de reformas resultó ser la expresión máxima de la judicialización de nuestra miserable existencia ciudadana.
Hecha la propuesta de la Comisión, aquella dio paso a un Grupo de Trabajo ministerial que diseñó un plan de salud para las Isapre con “tarifa plana”, teóricamente reactivado en la Comisión Salud del Senado por el ex Ministro Mañalich, sustituyendo una iniciativa del ex Ministro Santelices.
En su propio estilo, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet se convocó también a una comisión de expertos, que arribó a una solución semejante a la que hoy habita en el Senado, pero no llegó a materializarse en un proyecto. Es decir, del tema de tarifa plana y compensación de riesgos en las Isapre hemos venido hablando bastante. Solo que se nos vino la pandemia y todos estos temas se quedaron “en la banca”.
¿Qué preocupa, entonces? Preocupa que la reforma a las Isapre pudiera reducirse a la sola compensación de las mujeres en edad fértil, por cierto una muy buena idea ya en funcionamiento, como hemos dicho y que no se hiciera lo mismo con los niños menores de un año, que son mucho más caros, y con los adultos mayores, cautivos de sus propios costos de enfermar.
Es evidente que la compensación de riesgo que es necesario construir para corregir las discriminaciones de un sistema cuyo “giro” es la tarificación en función de los riesgos, es mucho más amplia.
Me preocupa que a través de la nueva tabla de riesgo que la Superintendencia propuso se esté dando por cerrado el tema pendiente con el Tribunal Constitucional y con la seguridad social para proteger la salud de los chilenos.
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