Recetario magistral: la fórmula invisible que cambia vidas

En el corazón de muchas farmacias, detrás de un mesón o una pequeña sala, se esconden verdaderos laboratorios de esperanza. Allí, el arte del preparado magistral sigue vivo. Se trata de una práctica antigua, pero más vigente que nunca: la creación a medida de tratamientos farmacéuticos para aquellos individuos cuyos requerimientos no encuentran respuesta en los productos disponibles en el mercado.

En Chile, miles de personas enfrentan enfermedades poco comunes, sensibilidades o alergias a componentes adicionales o necesidades de cantidades precisas que la industria farmacéutica no satisface. De acuerdo con el Ministerio de Salud, aproximadamente el 5% de la población convive con patologías poco comunes, y una proporción significativa de ellos requiere terapias personalizadas para su tratamiento.

En este contexto, el recetario magistral es donde equipos de profesionales del más alto nivel vuelcan todo su conocimiento en la preparación personalizada de un medicamento, bajo la estricta supervisión de un químico farmacéutico, para un paciente en particular. Por ende, permite ajustarlo el medicamento a la persona y no al revés, con protocolos específicos para supervisar la calidad y trazabilidad de estos productos, entregados por el Instituto de Salud Pública (ISP).

Estos preparados no sólo cubren vacíos del mercado, sino que garantizan continuidad terapéutica en situaciones críticas. En palabras simples, cuando una presentación desaparece del mercado, el recetario magistral ofrece una alternativa segura y regulada.

Esta práctica, además, contribuye a que el paciente siga el tratamiento de manera constante, dado que el fármaco puede ajustarse según la edad, el peso o la tolerancia del individuo. En el ámbito de la pediatría, es común la necesidad de dividir dosis o convertirlas en jarabes, un servicio personalizado que las farmacias pueden ofrecer. Adultos de edad avanzada o personas con cáncer que requieren dosis específicas enfrentan la misma situación.

Sin embargo, más allá de los beneficios clínicos, la elaboración de medicamentos personalizados se vislumbra como una oportunidad para acompañar a las personas a mejoras su salud a una escala humana. En naciones como España y Argentina, esta tendencia ha resurgido con fuerza, motivada por la solicitud de terapias especializadas y la urgencia de disminuir los gastos en hospitales.

En un escenario donde la evolución en el campo farmacéutico progresa a gran velocidad, el uso de fórmulas personalizadas sigue siendo un ejemplo de cómo la individualización y la investigación pueden ir de la mano. Detrás de cada envase identificado con un nombre y una dosis exclusiva, se esconde bienestar, atención médica y exactitud que va más allá de los números.

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