No bastó con que el año pasado en el Congreso se aprobara el presupuesto más generoso y abultado de los últimos años para la salud en Chile, porque a la fecha el resultado ha sido diametralmente opuesto al esperado. ¿Cuál ha sido Dos y medio millones de compatriotas en listas de espera y 17 mil chilenos fallecidos a nivel nacional en esta espera. Si a aquello le agregamos el déficit de recursos en materia hospitalaria y el atraso en la construcción de nuevos hospitales, como el de Linares en la Región del Maule, la situación se torna aún más preocupante.
Al parecer, no se trata de recursos, sino que de administración y gestión. De tener la capacidad de dejar los sesgos ideológicos de lado y buscar más licitaciones y compras en el sector privado. Paciencia es lo único que nos puede quedar a los chilenos, falta tan solo un año para, quizás, poder cambiar el rumbo y poner a las personas en el centro de la acción del gobierno.
Si la situación la llevamos a las regiones del país, los números son elocuentes. Por ejemplo, en Maule, a septiembre de 2024, las listas de espera para cirugías No GES presentan 28.062 casos totales, con una mediana espera de 355 días. En tanto, en la misma fecha, las listas de espera para consultas de nueva especialidad, ascienden a 136.579 casos, con una mediana espera de 243 días.
Expuesto lo anterior, en enero de 2024, el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS-UDD), de la Facultad de Gobierno UDD, realizó un análisis de las cifras presentadas por el Ministerio de Salud en relación al número de personas que fallecieron mientras esperaban recibir su prestación GES. Del documento se desprende un aumento en defunciones que se ve reflejado al analizar las cifras por regiones, donde las tres con mayor cantidad de personas fallecidas en espera de sus garantías GES, son la Región Metropolitana, en la que aumentó en 39% la cantidad de fallecidos, pasando de 1.110 a 1.545; seguida por Valparaíso, con un crecimiento de 80%, aumentando de 565 a 1.019; y en tercer lugar la Región del Maule, donde se observa un aumento de 173%, pasando de 222 a 607.
La situación en el Maule es crítica, siendo el lugar que -si se mide proporcionalmente con el número de habitantes del resto de las regiones- presenta el escenario más adverso. Como antecedente, tenemos que desde hace varios años se viene posponiendo por problemas con la constructora a cargo -Astaldi- el tan anhelado hospital de Linares, que debiera subsanar y acelerar los procesos de atención para los habitantes. En tal sentido, como diputado del Maule Sur, hace varios meses oficié al Ministerio de Salud acerca de los alcances del contrato con la señalada empresa constructora y nunca tuve respuesta. Hoy sabemos, de boca de la propia ministra de Salud que el tan anhelado hospital estará listo a finales del año 2028, a través de otra u otras empresas constructoras.
La tarea de sacar esto adelante va más allá del gobierno de turno, pues debieran ser políticas de Estado: Avanzar en mejorar la atención primaria teniendo la capacidad de otorgar más cirugías menores y, sobre todo, contar con más especialistas en regiones, en sectores rurales y en general en los Cesfam, reduciendo así las llamadas interconsultas. ¿Se necesita plata? Sí, pero más que recursos, se requiere fortalecer las alianzas con el sector privado, sacándose cualquier prejuicio ideológico y mostrar capacidad de gestión. Sin duda que el actual gobierno ha fallado en la tarea, pero nunca es tarde y si tiene un sentido repulbicano, puede generar las bases para que el próximo gobierno tenga algún cimiento desde dónde pueda otorgar una mejor salud pública para todos los chilenos.
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