La semana pasada, el 8 de marzo, en Chile y en la mayor parte de los países del mundo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Se trata de una fecha emblemática en la que miles de personas se manifiestan y conmemoran la lucha de las mujeres por la defensa de sus derechos humanos.
Gracias al trabajo incansable de miles de mujeres, por la reivindicación de sus derechos, existen importantes avances en materia de participación política, salud, educación entre otros, pero la conquista de garantías no necesariamente significa que vayan a ser ejercidos, implementados o sostenidos a lo largo del tiempo.
Un ejemplo interesante es que si bien existe la posibilidad de decidir sobre el número y la frecuencia de hijos/as que una persona quiere tener, en la práctica, a las personas con la capacidad de gestar se les ha negado el derecho a la información y el acceso a los servicios que facilitan y permiten el ejercicio del derecho a la planificación familiar.
Testimonios existen suficientes, como ocurrió en el año 2022 cuando en el Cesfam Brígida Zavala de Viña del Mar una usuaria no pudo acceder a un anticonceptivo intrauterino sólo por el hecho de no tener hijos y estar en edad fértil, vulnerando así su derecho a decidir, entre otros.
En ese sentido, las mujeres deben estar en permanente alerta. Sólo basta la aparición de ideologías radicalizadas sustentadas en el conservadurismo extremo para que los derechos conquistados sean amenazados y se corra el riesgo de retroceder, tal como sucedió el año pasado en Estados Unidos, cuando la Corte Suprema decidió, con los votos de los jueces conservadores, que ya no existiría el derecho constitucional al aborto.
Los derechos de las mujeres siempre están en riesgo, y es conveniente que se visibilice todo el año. Existe permanentemente desigualdad, violencia y discriminación relacionada con los derechos sexuales y reproductivos que se definen como básicos. Aún se evidencia una enorme brecha de acceso a la información, a servicios e insumos para que las personas, y en particular las mujeres puedan gozar de vidas plenas y en sintonía con el bienestar sexual y reproductivo.
La falta de información afecta a todas las personas, y en ese aspecto es vital que la Educación Integral de la Sexualidad se transforme en una realidad, para que así se democraticen los contenidos, las responsabilidades reproductivas y se conozcan los Derechos, solo así podrán ser ejercidos y demandados en caso de ser vulnerados.
Si bien el 8M es una fecha que necesitamos conmemorar saliendo a las calles y ocupar los espacios que tradicionalmente han sido negados, debe ser considerado un impulso dentro de todo el año, para seguir reivindicando cada día y mes la importancia de conocer y validar los derechos sexuales y reproductivos, y que es necesario avanzar de manera permanente hacia horizontes que garanticen que las mujeres, independientemente de su edad, origen, recursos, orientación e identidad, puedan gozar de vidas libres de violencia y discriminación.
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