Juventudes y liderazgo

Ana María Bravo Castro

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El sábado recién pasado se celebró el Día Internacional de las Juventudes, donde tuve la oportunidad de participar en un significativo reconocimiento que realizó el Injuv de Los Ríos a distintas personas jóvenes que, por su aporte y trayectoria, han relevado el rol de la juventud en la región.

Así se reconoció el trabajo de ellos y ellas en materias como emprendimiento, promoción de derechos, salud sexual y reproductiva, representación política, deporte y arte, entre otros. Fue tremendamente gratificante ver como decenas de jóvenes en la región hacen tremendos esfuerzos por destacarse y trabajar por otros y otras, como lo hacen miles de jóvenes líderes en nuestro país.

Pero sabemos que no es un camino fácil, porque al igual que en muchos otros lugares del mundo, enfrentan diversas dificultades al intentar ejercer un liderazgo en diferentes áreas. Estas dificultades están influenciadas por factores sociales, económicos y políticos que pueden limitar sus oportunidades y su capacidad para liderar.

Los jóvenes a menudo luchan por acceder a oportunidades que les permitan desarrollar y demostrar sus habilidades de liderazgo. La competencia en el mundo laboral y en otros ámbitos puede ser feroz, y muchas veces los jóvenes carecen de canales adecuados para demostrar su potencial. Además, muchos empleadores y líderes actuales valoran la experiencia previa, lo que puede hacer que sea difícil para los jóvenes acceder a puestos de liderazgo en áreas como el mundo laboral, la política o las organizaciones sociales.

Ellos y ellas a menudo enfrentan discriminación y prejuicios basados en su edad. Esto puede llevar a que sus opiniones y habilidades sean subestimadas o ignoradas. A eso se suma que las instituciones y organizaciones a menudo no cuentan con programas o políticas específicas para fomentar el liderazgo juvenil.

Finalmente, creo que para superar estas dificultades se requiere un enfoque integral que incluya la creación de programas de liderazgo juvenil, la promoción de la igualdad de oportunidades y la construcción de un entorno que valore y apoye la participación de los jóvenes en la toma de decisiones.

Solo así, estas decenas de jóvenes, serán la guía para muchos más, que sin duda no solo son el futuro de Chile, sino también la esperanza de un mundo mejor, más justo, inclusivo e igualitario.