Nochebuena y Navidad para la reflexión

La historia se repite hace más de dos mil años. El mundo cristiano, celebra, festeja el nacimiento de Cristo, El Mesías, de Jesús de Nazaret.

La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra por la iglesia católica, en la iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las iglesias ortodoxas. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas como la ortodoxa rusa o la ortodoxa de Jerusalem, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano.

Por estos días del siglo XXI poco se habla de la natividad. Más bien la fiebre por los regalos, es la noticia con centro comerciales y calles populares repletos de compradores, que muchas veces comprometen seriamente el presupuesto familiar. Los préstamos fáciles están a la orden del día, el problema es que después llega la hora de pagar.

Quizás llega el momento de rescatar el espíritu que legó ese niño humilde del pesebre de Belén a más de 2 mil millones de almas en los cinco continentes.

Los niños y niñas vulnerados bajo el alero de un organismo del Estado nos impacta en el corazón. Más de 1.300 muertos en 11 años.

Pero hay más. El informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, deberíamos asumirlo como sociedad. Las cifras expuestas en el estudio apuntan a que un 18,2% de los adolescentes e infantes chilenos se encuentran viviendo bajo la línea de la pobreza.

La pobreza multidimensional apunta a carencias en educación, salud y otros derechos fundamentales. Centrándonos en este tipo de pobreza, que considera varias carencias, 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes migrantes en Chile experimentan pobreza multidimensional. 

Expertos señalan que iniciativas del Estado históricamente han sido “insuficientes” y que se debe avanzar en leyes que generen mayor protección de los derechos de los menores.

La niña Lisette Villa de 11 años, gravemente vulnerada y que no estará para celebrar la natividad y que seguramente nunca supo del viejito pascuero, debería remover las conciencias de los 17 millones.

Especialmente de quienes ejercen el poder, de quienes tienen más recursos y nadan en la abundancia, en contraste con la miseria que azota a nuestros niños y adolescentes.

Siento pena y tristeza por quienes empiezan la vida en condiciones precarias. El sentido humanitario tiene que marcar el futuro. Hay muchos que saben de la solidaridad. Pero eso no basta. Es insuficiente.

Un Estado moderno, donde impere la justicia y la equidad es el gran desafío para quienes hacen las leyes.

Los niños y los adolescentes deberían transformarse en preocupación nacional.

Ahora es urgente.

Que la Navidad, no sea un mero feriado en el calendario.

Que impere el espíritu de los orígenes de hace dos mil años.

Que los deseos de paz y amor, sean de verdad.

Que los deseos de paz y amor, no se los lleve el viento.

Que la Navidad nos impulse a cambiar de actitud.

Un abrazo fraterno para quienes viven en este suelo, para los compatriotas que están fuera de estas tierras y nos siguen por cooperativa.cl

Reciban los mejores deseos de quienes trabajamos en radio Cooperativa.

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