Comunas rurales de la RM merecen transporte público efectivo y de calidad

A inicios de un nuevo año laboral, la entonces ministra Gloria Hutt anunciaba un completo plan para reforzar el sistema metropolitano de transportes. Entre las medidas se encontraba el aumento de servicios de Red Metropolitana de Movilidad en 15%, gracias a la incorporación de 900 buses.

Junto a este aumento de cobertura también se anunció el incremento de la frecuencia de trenes en las líneas 1, 2 y 5 de Metro de Santiago. Esto iría acompañado de 12% más de conductores y 13% más de personal en estaciones.

Si bien las cifras reveladas para el reforzamiento del transporte público son impactantes, lamentablemente solo se focalizan en el área urbana de la Región Metropolitana, beneficiando a trabajadores y estudiantes de esa zona. En tanto, las comunas periféricas de la región, como Pirque y San José de Maipo, no se ven beneficiadas por estos planes de acción debido a que son consideradas zonas rurales.

Nuestro distrito 12 está compuesto por cinco comunas, pero las medidas de reforzamiento de transporte solo benefician a tres, por lo que 44.710 habitantes de Pirque y San José de Maipo ven este tipo de políticas desde la distancia, sin una solución desde la administración central que pueda beneficiarlos.

Sin ir más lejos, de las 18 comunas de la región consideradas como rurales, 17 se encuentran desreguladas en materia de transporte público. Esto quiere decir que no es exigible frecuencia ni otros indicadores operacionales, quedando la gestión de este ámbito sujeta a la decisión del responsable de servicio.

A través de información de la Municipalidad de Pirque pude constatar que más de 100 alumnas y alumnos de localidades como El Principal, La Puntilla, Santa Rita, Cruceral y San Juan deben desplazarse hacia la vecina comuna de Puente Alto para dar continuidad con sus estudios.

Otro caso impactante se da en San José de Maipo, donde el 10% de la matrícula comunal total debe dirigirse también hacia Puente Alto para continuar con sus estudios. El gran problema es la espacialidad de los recorridos de transporte, por lo que estudiantes, trabajadores y habitantes de la comuna deben esperar largos periodos de tiempo para poder tomar transporte y moverse hacia las distintas áreas de la región.

Como ejemplo, antes de la pandemia por Covid-19 la espera promedio de un pasajero para subirse al transporte era de aproximadamente 10 minutos. Hoy la espera llega a los 30 minutos promedio y muchas veces ese tiempo es superado con creces. Esto quiere decir que, si en un lapso de media hora antes se transportaban a 90 pasajeros, hoy la media es de apenas 30.

Por consiguiente, muchos padres, apoderados, tutores, trabajadores, personas de a pie deben incurrir en el pago de taxis colectivos y otros medios de transporte informales para llegar a tiempo a sus destinos. Por ello es vital que se realice un plan que considere no solo a las grandes urbes, sino también a las zonas rurales de la región a fin que las personas puedan movilizarse de forma digna, rápida y eficiente, sin tener que realizar gastos extra para su transporte.

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